30.5.11

Kosmik tango/Beatriz Vignoli


Es el vacío central de nuestro vecindario, es más que su pulmón: es nuestro corazón, que late sin cesar de encarnar la utopía realizada contra toda evidencia de decadencia del presente. Ahora que un miedo irracional nos retira del espacio público y nos encierra cada vez más en nuestras casas, la plaza, a pesar de toda nuestra agarofobia (de nuestro literal terror al ágora), se yergue luminosa con su fresco traje verde y las joyas sonoras de los pájaros. Canto la plaza pese a mi cobardía, la veo en mi ventana y me saluda, a toda hora, con el siseo de seda de su fronda y sus aves. Plena en su límpido cielo de verano, está ahí y, a diferencia de todo lo demás, ella sí es quien sería: el paraíso recobrado, la tierra prometida, la dicha en este mundo.

:e(m)r; 2009: El Rosario (Arg.).