26.4.11

Contra la militarización/Cencos

Sociedad civil convoca a todos los y las mexicanas a organizarse contra la violencia y la impunidad


La movilización nacional contra la violencia y la impunidad camina rumbo a su primer parada, la marcha nacional del 8 de mayo. "la movilización se caracterizará porque nos tiene que unificar frente al ruido" describió el poeta Javier Sicilia, "queremos que el silencio de la marcha suene como un lugar donde estamos en comunión todos y que grita desde lo más profudo ¡estamos hasta la madre!".  Esto en conferencia de prensa donde se dejó ver la convergencia de hombres y mujeres que ya se han organizado.
Acompañado por Emilio Álvarez Icaza, el sacerdote Alejandro Solalinde, Maria Elena Morera, Eduardo Gallo, Julian LeBarón y representantes de un amplio abanico de organizaciones de la sociedad civil de todo el país, Sicilia llamó a los y las mexicanas a replicar la macha en todas las ciudades para caminar en paralelo a la movilización que partirá de Cuernavaca, Morelos el 5 de mayo y concluirá con un acto político en el Zócalo de la ciudad de México.
Para poner fin a la violencia y los asesinatos "hay que reformar el Estado y sanearlo porque dentro de éste hay complicidades y nuestro pacto debe ir para allá", dijo al llamar a todo tipo de organizaciones y personas a unir esfuerzos.
"No se está convocando tan solo a una marcha", puntualizó Álvarez Icaza, "se llama a la sociedad a conformar y confluir en esta oportunidad que es la de hacer un movimiento de réplica en todo el país que sea pacífico" y aclaró que "la no violencia es una face activa", lo cual fue complementado por Alejandro Solalinde al llamar a la "insurrección pacífica".
A esta marcha, explicaron,  seguirá la conformación de un pacto nacional que necesita de todos los habitantes de México y "esta conferencia es el primer paso para que con ayuda de los medios todos se enteren", remarcó el poeta morelence quién también hizo enfasis en la diversidad y pluralidad del movimiento ejemplificado por "la variedad de la sociedad organizada en la mesa".
También se destacó la importancia del trabajo de la ciudadanía en redes sociales, frente a la imposibilidad "de vivir en un Estado de excepción permanente".
El pacto hacia el cual se quiere avanzar, detalló Sicilia "es un pacto entre los ciudadanos y entre los ciudadanos y las autoridades; no con los criminales, incluyendo aquellos que están dentro de las instituciones".
Además, se dio lectura a una carta envíada al pueblo de México por el premio Nobel de la Paz y presidente del Servicio Paz y Justicia, Adolfo Pérez Esquivel condenando la situación de violencia y enviando "un abrazo profundo, solidarios a todos los familiares de las víctimas de esta guerra y a la reserva moral de este bello país que es México."
La tarde de hoy, a las 17 horas las organizaciones conformadas en la Red de Justicia y Paz, encabezados por Javier Sicilia asistirán al Congreso de la Unión para manifestarse en contra de la posible aprobación de la reforma a la Ley de Seguridad Nacional enviada por el Ejecutivo a esa Cámara y que entre otras cosas fortalecería la militarización del país.

Amor Anaconda/Pablo Hoyos

El amor hiperbólico no te deja pensar,
te atrapa con alevosía
hasta que como Anaconda
te engulle con lo puesto.


Quince volcanicocefalia 5 y otras gonorreas. Editorial Retazos.

Receta para preparar pintura con baba de nopal/Sepiensa.org.mx


Ingredientes para preparar de 6 a 7 litros:
  1. 1 kilogramo de cal viva (si necesita preparar muchos litros, vale la pena comprar el bulto completo en los comercios que venden material de construcción, eso reduce el costo)
  2. 4 litros de agua
  3. 4 nopales grandes y carnosos
  4. 1 taza de sal de mes
      Nota: La pintura al natural tiene color blanco, pero se pueden dar otras tonalidades si se añade colorante para cemento, que también se vende en las tiendas de materiales para construcción y en las ferreterías. La cantidad a usar es variable, ya que depende de la intensidad de tono que desee.
Método de preparación:
  1. Pique los nopales en trozos pequeños y deposítelos en una cubeta con dos litros de agua. Se dejanreposar toda la noche para que se libere la baba. (Es mejor pelar para quitar las espinas, ya que a veces hay que meter las manos al colar los residuos)
  2. Después del tiempo de espera (de 8 a 12 horas), machaque con un palo los fragmentos de nopal, como si quisiera hacer un macerado. Una vez que haya terminado, cuele para separar el líquido de los sólidos (es útil cualquier colador de cocina de trama no tan pequeña).
  3. En un recipiente grande (una cubeta) deposite los otros dos litros de agua y añada tanto la cal como la sal. Mezcle hasta que se hayan incorporado y disuelto por completo los ingredientes.
  4. Adicione el agua en la que se obtuvo la baba del nopal y agite de nuevo.
  5. Si decidió aplicar color, es el momento de agregar el pigmento.
  6. Deje reposar 8 a 12 horas para que el producto esté en condiciones de ser utilizado.
Uso:
  1. Como cualquier otra pintura, mezcle antes de la aplicación.
  2. Puede emplear una brocha tosca de fibras vegetales, un chulo(2) o incluso un cepillo con fibras delgadas si la superficie es muy porosa.
  3. En la mayoría de los casos basta con una sola capa, pero de ser necesario puede aplicar una segunda mano luego de dejar secar perfectamente.

25.4.11

Los 10 países que trabajan más horas y sus salarios/El Universal

Si crees que trabajas mucho, podrías estar en lo cierto. El estudio Society at Glance 2011, de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), enlistó a los países en los que más horas se trabajan por día.
En De10.mx  te decimos qué naciones son las que tienen mayor número de horas laborales y sus salarios mínimos, de acuerdo con minimum-wage.org y la Federación Europea de Empleados.
1. México. El artículo 123 de la constitución mexicana establece que la duración  de una jornada laboral será de ocho horas como máximo; sin embargo, el estudio de la OCDE señala que los mexicanos laboran en promedio nueve horas 54 minutos por día.
El salario mínimo en México, dependiendo la zona geográfica, va de los 54.47 pesos a los 57.46 pesos por jornada laboral.
2. Japón. Los nipones ocupan el segundo escaño al trabajar nueve horas diarias en promedio, por un salario de entre 642 y 821 Yenes por hora, más de 819 pesos por día laboral.
3. Portugal. En Portugal, las personas laboran alrededor de ocho horas y 48 minutos, y el salario mínimo es de 485 euros al mes. En pesos sería 8,194 pesos al mes, un aproximado de 273 pesos por día.
4. Canadá. En el país de la hoja del maple se trabaja en promedio ocho horas 37 minutos. El salario mínimo vigente es de entre 97.41 pesos y 124.83 pesos por hora laboral; al día sería entre 779 y 998 pesos por día.
5. Estonia. En la nación de Europa Oriental se laboran ocho horas 35 minutos por día y el salario mínimo es de 278.06 euros por días, un total de 156 pesos por día.
  
6. Austria. Los austriacos laboran ocho horas 36 minutos en promedio. El salario mínimo vigente es de mil euros por mes, es decir 563 pesos por día.
7. China. En China se trabaja una media de ocho horas con 29 minutos y su salario mínimo varía. En Beijing el salario mínimo por mes es de 960 Yuanes (1,715 pesos), 57.16 pesos por día.
8. Nueva Zelanda. Los neocelandeses gozan de una economía estable. Las personas laboran ocho horas 23 minutos en promedio y su salario mínimo vigente es de 118 pesos por hora, más de 944 pesos por día.
9. Estados Unidos. A pesar de la crisis financiera por la que pasa la Unión Americana, sus trabajadores tienen un salario de 84.15 pesos por hora o 673.20 pesos por día, por trabajar en promedio ocho horas y 21 minutos.
10. Eslovenia. Los eslovenos laboran en promedio ocho horas y 20 minutos y el salario mínimo vigente es de 530 euros mensuales (8,955.13 pesos), 298 pesos por día.
  

¿Crees que tu sueldo sí justifica tus horas de trabajo?

100 Best First Lines from Novels/American book review

100 Best First Lines from Novels



1. Call me Ishmael. —Herman Melville, Moby-Dick (1851)
2. It is a truth universally acknowledged, that a single man in possession of a good fortune, must be in want of a wife. —Jane Austen, Pride and Prejudice(1813)
3. A screaming comes across the sky. —Thomas Pynchon, Gravity's Rainbow(1973)
4. Many years later, as he faced the firing squad, Colonel Aureliano Buendía was to remember that distant afternoon when his father took him to discover ice. —Gabriel García Márquez, One Hundred Years of Solitude (1967; trans. Gregory Rabassa)
5. Lolita, light of my life, fire of my loins. —Vladimir Nabokov, Lolita (1955)
6. Happy families are all alike; every unhappy family is unhappy in its own way. —Leo Tolstoy, Anna Karenina (1877; trans. Constance Garnett)
7. riverrun, past Eve and Adam's, from swerve of shore to bend of bay, brings us by a commodius vicus of recirculation back to Howth Castle and Environs. —James Joyce, Finnegans Wake (1939)
8. It was a bright cold day in April, and the clocks were striking thirteen. —George Orwell, 1984 (1949)
9. It was the best of times, it was the worst of times, it was the age of wisdom, it was the age of foolishness, it was the epoch of belief, it was the epoch of incredulity, it was the season of Light, it was the season of Darkness, it was the spring of hope, it was the winter of despair. —Charles Dickens, A Tale of Two Cities (1859)
10. I am an invisible man. —Ralph Ellison, Invisible Man (1952)
11. The Miss Lonelyhearts of the New York Post-Dispatch (Are you in trouble?—Do-you-need-advice?—Write-to-Miss-Lonelyhearts-and-she-will-help-you) sat at his desk and stared at a piece of white cardboard. —Nathanael West, Miss Lonelyhearts (1933)
12. You don't know about me without you have read a book by the name of The Adventures of Tom Sawyer; but that ain't no matter. —Mark Twain, Adventures of Huckleberry Finn (1885)
13. Someone must have slandered Josef K., for one morning, without having done anything truly wrong, he was arrested. —Franz Kafka, The Trial (1925; trans. Breon Mitchell)
14. You are about to begin reading Italo Calvino's new novel, If on a winter's night a traveler. —Italo Calvino, If on a winter's night a traveler (1979; trans. William Weaver)
15. The sun shone, having no alternative, on the nothing new. —Samuel Beckett,Murphy (1938)
16. If you really want to hear about it, the first thing you'll probably want to know is where I was born, and what my lousy childhood was like, and how my parents were occupied and all before they had me, and all that David Copperfield kind of crap, but I don't feel like going into it, if you want to know the truth. —J. D. Salinger, The Catcher in the Rye (1951)
17. Once upon a time and a very good time it was there was a moocow coming down along the road and this moocow that was coming down along the road met a nicens little boy named baby tuckoo. —James Joyce, A Portrait of the Artist as a Young Man (1916)
18. This is the saddest story I have ever heard. —Ford Madox Ford, The Good Soldier (1915)
19. I wish either my father or my mother, or indeed both of them, as they were in duty both equally bound to it, had minded what they were about when they begot me; had they duly considered how much depended upon what they were then doing;—that not only the production of a rational Being was concerned in it, but that possibly the happy formation and temperature of his body, perhaps his genius and the very cast of his mind;—and, for aught they knew to the contrary, even the fortunes of his whole house might take their turn from the humours and dispositions which were then uppermost:—Had they duly weighed and considered all this, and proceeded accordingly,—I am verily persuaded I should have made a quite different figure in the world, from that, in which the reader is likely to see me. —Laurence Sterne, Tristram Shandy (1759–1767)
20. Whether I shall turn out to be the hero of my own life, or whether that station will be held by anybody else, these pages must show. —Charles Dickens,David Copperfield (1850)
21. Stately, plump Buck Mulligan came from the stairhead, bearing a bowl of lather on which a mirror and a razor lay crossed. —James Joyce, Ulysses(1922)
22. It was a dark and stormy night; the rain fell in torrents, except at occasional intervals, when it was checked by a violent gust of wind which swept up the streets (for it is in London that our scene lies), rattling along the house-tops, and fiercely agitating the scanty flame of the lamps that struggled against the darkness. —Edward George Bulwer-Lytton, Paul Clifford (1830)
23. One summer afternoon Mrs. Oedipa Maas came home from a Tupperware party whose hostess had put perhaps too much kirsch in the fondue to find that she, Oedipa, had been named executor, or she supposed executrix, of the estate of one Pierce Inverarity, a California real estate mogul who had once lost two million dollars in his spare time but still had assets numerous and tangled enough to make the job of sorting it all out more than honorary. —Thomas Pynchon, The Crying of Lot 49 (1966)
24. It was a wrong number that started it, the telephone ringing three times in the dead of night, and the voice on the other end asking for someone he was not. —Paul Auster, City of Glass (1985)
25. Through the fence, between the curling flower spaces, I could see them hitting. —William Faulkner, The Sound and the Fury (1929)
26. 124 was spiteful. —Toni Morrison, Beloved (1987)
27. Somewhere in la Mancha, in a place whose name I do not care to remember, a gentleman lived not long ago, one of those who has a lance and ancient shield on a shelf and keeps a skinny nag and a greyhound for racing. —Miguel de Cervantes, Don Quixote (1605; trans. Edith Grossman)
28. Mother died today. —Albert Camus, The Stranger (1942; trans. Stuart Gilbert)
29. Every summer Lin Kong returned to Goose Village to divorce his wife, Shuyu. —Ha Jin, Waiting (1999)
30. The sky above the port was the color of television, tuned to a dead channel. —William Gibson, Neuromancer (1984)
31. I am a sick man . . . I am a spiteful man. —Fyodor Dostoyevsky, Notes from Underground (1864; trans. Michael R. Katz)
32. Where now? Who now? When now? —Samuel Beckett, The Unnamable(1953; trans. Patrick Bowles)
33. Once an angry man dragged his father along the ground through his own orchard. "Stop!" cried the groaning old man at last, "Stop! I did not drag my father beyond this tree." —Gertrude Stein, The Making of Americans (1925)
34. In a sense, I am Jacob Horner. —John Barth, The End of the Road (1958)
35. It was like so, but wasn't. —Richard Powers, Galatea 2.2 (1995)
36. —Money . . . in a voice that rustled. —William Gaddis, J R (1975)
37. Mrs. Dalloway said she would buy the flowers herself. —Virginia Woolf, Mrs. Dalloway (1925)
38. All this happened, more or less. —Kurt Vonnegut, Slaughterhouse-Five(1969)
39. They shoot the white girl first. —Toni Morrison, Paradise (1998)
40. For a long time, I went to bed early. —Marcel Proust, Swann's Way (1913; trans. Lydia Davis)
41. The moment one learns English, complications set in. —Felipe Alfau, Chromos (1990)
42. Dr. Weiss, at forty, knew that her life had been ruined by literature. —Anita Brookner, The Debut (1981)
43. I was the shadow of the waxwing slain / By the false azure in the windowpane; —Vladimir Nabokov, Pale Fire (1962)
44. Ships at a distance have every man's wish on board. —Zora Neale Hurston,Their Eyes Were Watching God (1937)
45. I had the story, bit by bit, from various people, and, as generally happens in such cases, each time it was a different story. —Edith Wharton, Ethan Frome(1911)
46. Ages ago, Alex, Allen and Alva arrived at Antibes, and Alva allowing all, allowing anyone, against Alex's admonition, against Allen's angry assertion: another African amusement . . . anyhow, as all argued, an awesome African army assembled and arduously advanced against an African anthill, assiduously annihilating ant after ant, and afterward, Alex astonishingly accuses Albert as also accepting Africa's antipodal ant annexation.  —Walter Abish, Alphabetical Africa (1974)
47. There was a boy called Eustace Clarence Scrubb, and he almost deserved it. —C. S. Lewis, The Voyage of the Dawn Treader (1952)
48. He was an old man who fished alone in a skiff in the Gulf Stream and he had gone eighty-four days now without taking a fish. —Ernest Hemingway, The Old Man and the Sea (1952)
49. It was the day my grandmother exploded. —Iain M. Banks, The Crow Road(1992)
50. I was born twice: first, as a baby girl, on a remarkably smogless Detroit day in January of 1960; and then again, as a teenage boy, in an emergency room near Petoskey, Michigan, in August of 1974. —Jeffrey Eugenides, Middlesex(2002)
51. Elmer Gantry was drunk. —Sinclair Lewis, Elmer Gantry (1927)
52. We started dying before the snow, and like the snow, we continued to fall. —Louise Erdrich, Tracks (1988)
53. It was a pleasure to burn. —Ray Bradbury, Fahrenheit 451 (1953)
54. A story has no beginning or end; arbitrarily one chooses that moment of experience from which to look back or from which to look ahead. —Graham Greene, The End of the Affair (1951)
55. Having placed in my mouth sufficient bread for three minutes' chewing, I withdrew my powers of sensual perception and retired into the privacy of my mind, my eyes and face assuming a vacant and preoccupied expression. —Flann O'Brien, At Swim-Two-Birds (1939)
56. I was born in the Year 1632, in the City of York, of a good Family, tho' not of that Country, my Father being a Foreigner of Bremen, who settled first at Hull; He got a good Estate by Merchandise, and leaving off his Trade, lived afterward at York, from whence he had married my Mother, whose Relations were named Robinson, a very good Family in that Country, and from whom I was called Robinson Kreutznaer; but by the usual Corruption of Words in England, we are now called, nay we call our selves, and write our Name Crusoe, and so my Companions always call'd me. —Daniel Defoe, Robinson Crusoe (1719)
57. In the beginning, sometimes I left messages in the street. —David Markson,Wittgenstein's Mistress (1988)
58. Miss Brooke had that kind of beauty which seems to be thrown into relief by poor dress. 
—George Eliot, Middlemarch (1872)

59. It was love at first sight. —Joseph Heller, Catch-22 (1961)
60. What if this young woman, who writes such bad poems, in competition with her husband, whose poems are equally bad, should stretch her remarkably long and well-made legs out before you, so that her skirt slips up to the tops of her stockings? —Gilbert Sorrentino, Imaginative Qualities of Actual Things (1971)
61. I have never begun a novel with more misgiving. —W. Somerset Maugham,The Razor's Edge (1944)
62. Once upon a time, there was a woman who discovered she had turned into the wrong person. —Anne Tyler, Back When We Were Grownups (2001)
63. The human race, to which so many of my readers belong, has been playing at children's games from the beginning, and will probably do it till the end, which is a nuisance for the few people who grow up. —G. K. Chesterton, The Napoleon of Notting Hill (1904)
64. In my younger and more vulnerable years my father gave me some advice that I've been turning over in my mind ever since. —F. Scott Fitzgerald, The Great Gatsby (1925)
65. You better not never tell nobody but God. —Alice Walker, The Color Purple(1982)
66. "To be born again," sang Gibreel Farishta tumbling from the heavens, "first you have to die." —Salman Rushdie, The Satanic Verses (1988)
67. It was a queer, sultry summer, the summer they electrocuted the Rosenbergs, and I didn't know what I was doing in New York. —Sylvia Plath,The Bell Jar (1963)
68. Most really pretty girls have pretty ugly feet, and so does Mindy Metalman, Lenore notices, all of a sudden. —David Foster Wallace, The Broom of the System (1987)
69. If I am out of my mind, it's all right with me, thought Moses Herzog. —Saul Bellow, Herzog (1964)
70. Francis Marion Tarwater's uncle had been dead for only half a day when the boy got too drunk to finish digging his grave and a Negro named Buford Munson, who had come to get a jug filled, had to finish it and drag the body from the breakfast table where it was still sitting and bury it in a decent and Christian way, with the sign of its Saviour at the head of the grave and enough dirt on top to keep the dogs from digging it up. —Flannery O'Connor, The Violent Bear it Away (1960)
71. Granted: I am an inmate of a mental hospital; my keeper is watching me, he never lets me out of his sight; there's a peephole in the door, and my keeper's eye is the shade of brown that can never see through a blue-eyed type like me. —GŸnter Grass, The Tin Drum (1959; trans. Ralph Manheim)
72. When Dick Gibson was a little boy he was not Dick Gibson. —Stanley Elkin,The Dick Gibson Show (1971)
73. Hiram Clegg, together with his wife Emma and four friends of the faith from Randolph Junction, were summoned by the Spirit and Mrs. Clara Collins, widow of the beloved Nazarene preacher Ely Collins, to West Condon on the weekend of the eighteenth and nineteenth of April, there to await the End of the World. —Robert Coover, The Origin of the Brunists (1966)
74. She waited, Kate Croy, for her father to come in, but he kept her unconscionably, and there were moments at which she showed herself, in the glass over the mantel, a face positively pale with the irritation that had brought her to the point of going away without sight of him. —Henry James, The Wings of the Dove (1902)
75. In the late summer of that year we lived in a house in a village that looked across the river and the plain to the mountains. —Ernest Hemingway, A Farewell to Arms (1929)
76. "Take my camel, dear," said my Aunt Dot, as she climbed down from this animal on her return from High Mass. —Rose Macaulay, The Towers of Trebizond (1956)
77. He was an inch, perhaps two, under six feet, powerfully built, and he advanced straight at you with a slight stoop of the shoulders, head forward, and a fixed from-under stare which made you think of a charging bull.  —Joseph Conrad, Lord Jim (1900)
78. The past is a foreign country; they do things differently there.  —L. P. Hartley,The Go-Between (1953)
79. On my naming day when I come 12 I gone front spear and kilt a wyld boar he parbly ben the las wyld pig on the Bundel Downs any how there hadnt ben none for a long time befor him nor I aint looking to see none agen. —Russell Hoban,Riddley Walker (1980)
80. Justice?—You get justice in the next world, in this world you have the law. —William Gaddis, A Frolic of His Own (1994)
81. Vaughan died yesterday in his last car-crash. —J. G. Ballard, Crash (1973)
82. I write this sitting in the kitchen sink. —Dodie Smith, I Capture the Castle(1948)
83. "When your mama was the geek, my dreamlets," Papa would say, "she made the nipping off of noggins such a crystal mystery that the hens themselves yearned toward her, waltzing around her, hypnotized with longing." —Katherine Dunn, Geek Love (1983)
84. In the last years of the Seventeenth Century there was to be found among the fops and fools of the London coffee-houses one rangy, gangling flitch called Ebenezer Cooke, more ambitious than talented, and yet more talented than prudent, who, like his friends-in-folly, all of whom were supposed to be educating at Oxford or Cambridge, had found the sound of Mother English more fun to game with than her sense to labor over, and so rather than applying himself to the pains of scholarship, had learned the knack of versifying, and ground out quires of couplets after the fashion of the day, afroth with Joves and Jupiters, aclang with jarring rhymes, and string-taut with similes stretched to the snapping-point. —John Barth, The Sot-Weed Factor (1960)
85. When I finally caught up with Abraham Trahearne, he was drinking beer with an alcoholic bulldog named Fireball Roberts in a ramshackle joint just outside of Sonoma, California, drinking the heart right out of a fine spring afternoon.  —James Crumley, The Last Good Kiss (1978)
86. It was just noon that Sunday morning when the sheriff reached the jail with Lucas Beauchamp though the whole town (the whole county too for that matter) had known since the night before that Lucas had killed a white man. —William Faulkner, Intruder in the Dust (1948)
87. I, Tiberius Claudius Drusus Nero Germanicus This-that-and-the-other (for I shall not trouble you yet with all my titles) who was once, and not so long ago either, known to my friends and relatives and associates as "Claudius the Idiot," or "That Claudius," or "Claudius the Stammerer," or "Clau-Clau-Claudius" or at best as "Poor Uncle Claudius," am now about to write this strange history of my life; starting from my earliest childhood and continuing year by year until I reach the fateful point of change where, some eight years ago, at the age of fifty-one, I suddenly found myself caught in what I may call the "golden predicament" from which I have never since become disentangled. —Robert Graves, I, Claudius(1934)
88. Of all the things that drive men to sea, the most common disaster, I've come to learn, is women. —Charles Johnson, Middle Passage (1990)
89. I am an American, Chicago born—Chicago, that somber city—and go at things as I have taught myself, free-style, and will make the record in my own way: first to knock, first admitted; sometimes an innocent knock, sometimes a not so innocent. —Saul Bellow, The Adventures of Augie March (1953)
90. The towers of Zenith aspired above the morning mist; austere towers of steel and cement and limestone, sturdy as cliffs and delicate as silver rods. —Sinclair Lewis, Babbitt (1922)
91. I will tell you in a few words who I am: lover of the hummingbird that darts to the flower beyond the rotted sill where my feet are propped; lover of bright needlepoint and the bright stitching fingers of humorless old ladies bent to their sweet and infamous designs; lover of parasols made from the same puffy stuff as a young girl's underdrawers; still lover of that small naval boat which somehow survived the distressing years of my life between her decks or in her pilothouse; and also lover of poor dear black Sonny, my mess boy, fellow victim and confidant, and of my wife and child. But most of all, lover of my harmless and sanguine self. —John Hawkes, Second Skin (1964)
92. He was born with a gift of laughter and a sense that the world was mad. —Raphael Sabatini, Scaramouche (1921)
93. Psychics can see the color of time it's blue. —Ronald Sukenick, Blown Away(1986)
94. In the town, there were two mutes and they were always together. —Carson McCullers, The Heart is a Lonely Hunter (1940)
95. Once upon a time two or three weeks ago, a rather stubborn and determined middle-aged man decided to record for posterity, exactly as it happened, word by word and step by step, the story of another man for indeed what is great in man is that he is a bridge and not a goal, a somewhat paranoiac fellow unmarried, unattached, and quite irresponsible, who had decided to lock himself in a room a furnished room with a private bath, cooking facilities, a bed, a table, and at least one chair, in New York City, for a year 365 days to be precise, to write the story of another person—a shy young man about of 19 years old—who, after the war the Second World War, had come to America the land of opportunities from France under the sponsorship of his uncle—a journalist, fluent in five languages—who himself had come to America from Europe Poland it seems, though this was not clearly established sometime during the war after a series of rather gruesome adventures, and who, at the end of the war, wrote to the father his cousin by marriage of the young man whom he considered as a nephew, curious to know if he the father and his family had survived the German occupation, and indeed was deeply saddened to learn, in a letter from the young man—a long and touching letter written in English, not by the young man, however, who did not know a damn word of English, but by a good friend of his who had studied English in school—that his parents both his father and mother and his two sisters one older and the other younger than he had been deported they were Jewish to a German concentration camp Auschwitz probably and never returned, no doubt having been exterminated deliberately X * X * X * X, and that, therefore, the young man who was now an orphan, a displaced person, who, during the war, had managed to escape deportation by working very hard on a farm in Southern France, would be happy and grateful to be given the opportunity to come to America that great country he had heard so much about and yet knew so little about to start a new life, possibly go to school, learn a trade, and become a good, loyal citizen. —Raymond Federman, Double or Nothing (1971)
96. Time is not a line but a dimension, like the dimensions of space. —Margaret Atwood, Cat's Eye (1988)
97. He—for there could be no doubt of his sex, though the fashion of the time did something to disguise it—was in the act of slicing at the head of a Moor which swung from the rafters. —Virginia WoolfOrlando (1928)
98. High, high above the North Pole, on the first day of 1969, two professors of English Literature approached each other at a combined velocity of 1200 miles per hour. —David Lodge, Changing Places (1975)
99. They say when trouble comes close ranks, and so the white people did. —Jean Rhys, Wide Sargasso Sea (1966)
100. The cold passed reluctantly from the earth, and the retiring fogs revealed an army stretched out on the hills, resting. —Stephen Crane, The Red Badge of Courage (1895)

10 conseils pour écrire un roman

Conseil n°1 : Éprouvez votre motivation.
Un concours de romans ne s’aborde pas comme un concours de nouvelles. Il ne s’agit pas ici de rendre un texte de quelques pages mais bien de produire à terme un ouvrage complet d’une centaine de pages au minimum. Pour le concours Flammarion par exemple, la limite est en soi affreuse et complètement déplacée par rapport à l’objet : un synopsis de 5000 signes maximum, ainsi qu’un démarrage de 7500 signes maximum. 7500 signes, ce n’est rien ou pas grand-chose, le premier chapitre, 8 à 10 pages en interligne double, autant dire une tête d’épingle dans un projet romanesque. Avant de vous engager, et parce qu’on a rappelé les statistiques en ce domaine (beaucoup de velléitaires, de vantards et peu de personnes qui vont au bout), reposez-vous la question : est-ce que j’ai envie d’écrire ou juste de prétendre que je suis écrivain ?
Rappelons les fondamentaux du métier : s’enfermer dans une pièce vide et composer des histoires pendant des jours et des jours. Est-ce que je ne préfère pas sortir en boîte, me faire des amis sur facebook ou partir en vacances avec ma famille ? Avant de vous y mettre, soyez clair avec vous-même, cela vous évitera… de vous décevoir. Il y a deux choses horribles lorsqu’on se met à écrire : la première est de ne pas y arriver du tout, la seconde de ne pas y arriver tout à fait.

Conseil n°2 : Restez modeste.
Pour aborder un concours de ce genre et plus généralement le travail romanesque, la modestie s’impose. Difficile de se poser en révolutionnaire sur le premier jet, gardez cela pour le deuxième ou le troisième roman. Imposez-vous une relecture technique et mécanique des romans que vous préférez, décortiquez-les et vous verrez que bien souvent ils reposent sur une ambition simple et mesurée, s’inscrivent dans une lignée existante et une filiation relativement commune pour l’époque. Même les grands révolutionnaires, du fond et de la forme, y sont allés piano. Les grandes avancées (Joyce, ProustK. Dick,…) sont des avancées de moineau par rapport au cours de l’histoire romanesque. Ne vous prenez pas les pieds dans le tapis.
Pour un concours, pensez que les jurés se considèrent, par nature, comme plus doués et supérieurs à la majorité des talents qu’ils vont croiser : ne soyez pas prétentieux, jouez la carte de la simplicité.

Conseil n°3 : Instaurez une routine (hygiène) de travail.
On revient aux conséquences du conseil n°1. Il ne suffit pas de vouloir écrire un roman : il faut l’écrire. Pour cela, une seule solution : se plonger dans la routine de l’écrivain. Rejetez l’imagerie rimbaldienne : ni drogue, ni alcool, ni dérèglement des sens, pas de flânerie et de virées au bistrot. Un ordinateur, un crayon, une feuille, un Paperblanks, ce que vous voulez. On ne parle pas ici de rendre une copie de français ou une composition qu’on préparerait la veille de sa restitution. Il s’agit d’un roman, de centaines d’heures de travail. Pour réussir, il faut que vous vous astreignez à écrire et donc à consacrer un temps régulier et préservé pour ce travail. Vous aimez écrire ? Oubliez ça : au fil des pages, des versions, des réécritures, cela deviendra quelque chose que vous essayerez d’éviter à tout prix. Vous aurez toujours quelque chose de mieux à faire. Conseil d’ami : une plage de travail régulière, sanctuarisée.
Si vous n’avez rien à écrire, si vous n’avez pas envie, enfermez vous et regardez votre page blanche jusqu’à ce qu’elle vous fasse mal aux yeux. C’est ainsi qu’on apprend et qu’on éprouve sa vocation. Que les choses soient dites : vous ne serez pas écrivain après le premier chapitre, après le deuxième. Vous ne serez pas écrivain après le plan, le script ou le synopsis. Vous ne le serez que lorsque vous aurez TOUT terminé une fois et que vous serez prêt à recommencer.

Conseil n°4 : Ne versez jamais dans l'ennui.
Que ce soit pour un concours ou pour une publication traditionnelle, posez-vous la question : est-ce que ce que je raconte est intéressant ou chiant comme la mort ? Si vous vous relisez immédiatement ou quelques jours plus tard et que vous-même éprouvez de l’ennui à vous lire, avez envie de sauter certains passages (le signe suprême), c’est que quelque chose cloche. Pensez aux fondamentaux du travail en feuilleton (on n’a jamais fait beaucoup mieux) : un événement par chapitre au minimum, un élément qui fait avancer le schmilblick, un facteur d’évolution des personnages, une surprise. Si vous vous ennuyez vous-même à écrire et à raconter, changez de loisir.

Conseil n°5 : Fichez vos personnages.
La règle d’or de la composition romanesque vaut pour tous les genres : il faut soigner ses personnages. Pour l’exercice proposé par WeLoveWords/Flammarion par exemple, il va vous falloir au moins 2 personnages centraux et amoureux (homme-femme, femme-femme, homme-homme, évitez la zoophilie et la pédophilie, encore qu’un extra-terrestre peut être utilisé à bon droit). Il vous faudra aussi un élément perturbateur (un méchant ou un événement exogène type maladie, origine sociale, événement politique,…).
Pour chacun de ces caractères, vous pouvez dresser une petite fiche avec le nom, prénom, les origines sociales, le caractère, profession, goûts, dégoûts, description physique,…. Inscrivez tout cela le plus clairement possible, sur le papier ou dans votre tête, et passez au crible de ce profil psychologique toutes les situations que vous proposerez ensuite à ces personnages. S’agissant du thème de la comédie romantique, vous pourrez jouer sur les motifs du genre, plutôt cinématographiques : revoyez les films de Capra ou de Blake Edwards pour l’inspiration.
A priori le meilleur schéma consiste à prendre des personnages que tout oppose et qui vont être réunis (ou non) et se découvrir au fur et à mesure du récit. A partir de là, tout est possible : mort, SF ; réincarnation, divorce, adultère, homosexualité, trahison, voyages, vie de couple…. C’est là que démarre le boulot. Mais tout cela ne marchera que si vos personnages principaux ont été préalablement bien définis.

Conseil n°6 : Collez au thème du concours.
Le jury fonctionnant au départ comme une petite démocratie, il est à parier que le travail récompensé se situera dans la juste moyenne de ce qui est acceptable. Si un léger décentrement par rapport au thème est à conseiller (il ne faut SURTOUT pas paraître scolaire ou besogneux), une variation trop subtile ou que vous seriez le seul à comprendre par rapport au thème principal vous éliminerait à coup sûr.
Lisez attentivement les instructions du concours. Pour celui de Flammarion en l’occurrence : « Gardez le happy end, explique-t-on, scénarisez, mais soyez réaliste, trash, signifiant, moderne. » Qu’est-ce que cela veut dire ? Qu’on n’est pas prêts à publier le nouveau Mishima et à céder sur le public cible qui a été pré-étudié (sans doute en souffflerie marketing) pour recevoir ce cadeau de Dieu : votre futur manuscrit. Comédie romantique veut dire ce que ça veut dire : la fin heureuse, les oiseaux qui chantent et les petites fleurs dans les yeux. Pas la peine de s’en affranchir. Il y aura toujours quelqu’un dans le jury qui lèvera le doigt en disant : « Je suis désolé, pour moi, le romantisme ce n’est pas ça. C’est un bon livre mais il n’est pas assez dans le thème. » Pariez ce que vous voulez que cette voix finira TOUJOURS par l’emporter.

Conseil n°7 : Ne recherchez pas l'originalité à tout prix
Ce conseil de bon sens s’articule évidemment avec le précédent. Il y a deux erreurs à ne pas commettre lorsqu’on s’engage dans l’écriture d’un roman, a fortiori pour un concours : la première est de croire qu’il s’agit d’un travail de fantaisiste, d’un produit de l’imagination ; la seconde est de penser qu’il faut à tout prix être original parce ce que c’est ce qui fait la différence. Même lorsque Baudelaire vous invite à plonger vers le « Nouveau », il sait qu’il n’en sera rien et que le « Nouveau » en question a toutes les chances de ne pas s’écrire… après lui.
L’appréciation de l’originalité ne tient pas au jugement que vous en aurez, pas plus qu’elle ne repose a priori sur une tentative de faire original. Ce qui nous amène au conseil n°8.

Conseil n°8 : Écrivez à propos de ce que vous aimez. Mais soyez précis.
Il fut un temps où le conseil du chef était d’écrire sur ce qu’on connaît. La doctrine s’est assouplie avec les années et on peut considérer qu’il est admis aujourd’hui d’écrire sur ce qu’on aime, sur ce qui nous intéresse. Cela signifie en clair que vous êtes autorisé à écrire sur tout (le Japon ou l’Afrique, même si vous n’y avez jamais foutu les pieds) à condition que vous aimiez ça et donc que vous fassiez l’effort nécessaire pour devenir irréprochable sur le sujet. Vous pouvez vous autoriser quelques approximations mais pas au démarrage : soyez précis, documentez-vous, potassez votre sujet, cherchez des plans, des faits (un travail de préparation aujourd’hui extrêmement facilité par Internet). Voyez Houellebecq et sapolémique Wikipedia.
Considérez que la littérature est une sorte d’oral d’examen dont vous avez le choix du sujet. « Mon héros ne doit pas être un ingénieur en physique nucléaire si je n’ai moi-même aucune notion de ce que cela implique. Mon héroïne ne doit pas être une SDF travelo brésilien si je ne sais rien sur les travelos brésiliens, etc, etc. »

Conseil n°9 : Faîtes un plan.
Il est probable que si vous écrivez un livre un jour, votre plan de départ explosera en vol, qu’il sera amendé, retouché, détourné, voire carrément parasité par d’autres fils narratifs, des dérivations,…. Cela ne veut pas dire que vous pouvez vous engager dans l’écriture avec votre seul génie en bandoulière. Le plan que vous aurez noirci avant l’aventure un peu à la va vite et dans l’excitation de votre « création » dionysiaque va très vite devenir votre SEUL ami quand vous vous retrouverez comme un gland dégrisé devant votre table de travail. Accrochez-vous à lui, revenez y comme s’il avait été préparé par un autre, faites lui cracher la vérité du livre et vous serez d’autant plus libre ensuite pour ne pas lui obéir.
Qu’est-ce qu’un plan au juste ? Est-ce un scène à scène, un page à page, un simple draft avec les grandes lignes de l’histoire, un chapitrage grossier où l’on inscrit ce qui va se passer ? Les concours vous invitant à adopter une logique cinématographique, le plus simple est certainement de découper votre futur roman en chapitres décrits à la façon de scènes de théâtre : où sommes-nous, quand, avec qui, qu’est-ce qui se passe... Petite astuce, toujours empruntée aux feuilletonistes, inscrivez noir sur blanc pour chaque scène la « couleur », l’ambiance ou la tonalité que vous voulez donner à la scène : comédie, tragédie, fantastique (évitez les scènes de sexe pour un premier roman, s’il vous plaît, les clichés, les trucs torrides),….

Conseil n°10 : Ne demandez pas l’avis de vos proches.
Je choisis volontairement d’évoquer cette question cruciale à la fin. L’écrivain doit être seul le plus longtemps possible. Considérez une fois dans votre vie que vous êtes le dernier homme, que vous ne connaissez personne et surtout pas quelqu’un capable d’apprécier ce que vous faîtes. Vos amis vous admireront ou vous mépriseront, ils vous aimeront plus ou moins, mais une chose est sûre ILS VOUS MENTIRONT. Votre épouse est faite pour ça, n’est-ce pas ?
Il n’y a rien de plus amateur que d’aller se faire relire (le cuir) dès qu’on a noirci 10 pages. Est-ce qu’il viendrait à l’idée d’un ouvrier du BTP d’aller rameuter du monde après qu’il a posé la première ligne de parpaing ? Un jardinier fait-il admirer son travail avant les semailles ? Si vous voulez être respecté et sérieux, n’allez pas au conseil avant d’avoir bouclé votre projet. Ne vous réfugiez pas derrière les pénibles « ce n’est qu’un premier jet », « il y a encore beaucoup de travail dessus ». Ce n’est pas parce que vous essayez d’écrire qu’il faut, en plus, être pathétique. Vous le serez suffisamment en d’autres occasions. Soit vous êtes assez sûr de vous pour dépasser le conseil n°1 et tout ce qu’il implique, soit vous feriez mieux de rester chez vous à regarder la télé.
L’écriture est du début à la fin un acte solitaire. Vous ne trouverez pas un écrivain compétent qui vous dise autre chose. Si votre but est d’être publié ou de remporter un concours, n’autorisez personne d’autre que vous à poser les yeux sur votre manuscrit avant d’avoir reçu le verdict implacable de l’éditeur ou du jury. Le reste serait une perte de temps et une vaine tentative d’amortir un choc qui viendra s’il doit venir.
A vos plumes, partez….


19.4.11

Maritza Kusanovic

El primero que escribió pensó que tejía

pero no era de hombres (y aplastó su araña)...

Idea Vilariño



Ahora que mataste la lumbre y la serpiente y el cielo es gris y opaco y gris, como conviene, ahora que no hay nada ni nadie para el alba y sólo lo amarillo, lo de todos, se alza, ahora que va el frío desde un polo hasta el otro y que en cualquier estrella hay más luz que en /nosotros, que se mueren de frío los gritos de las gentes pero el río y los peces y el río no se mueren, ahora yo te pido mi guadaña de plata para segar las mieses que el frío dejó intactas, que si empuño la única guadaña todo el oro helado, gris y helado será para nosotros.

José Watanabe/Cosas del cuerpo





A los vegetales se entra
con hambre de animal longevo y apacible, y lentamente
se acaba
la lechuga.

A la carne se va distinto, se ingresa a ella
con ansia orgánica, casi disputándola
como si fuera carne
del día de la resurrección, y se acaba
el bife.

Recuerdas:
para que tú vivieras
tu familia depredaba la tierra para ti,
pollos patos reses cuyes cabritos carne
para convalecer y durar.

El alimento en la boca te relaciona
con el mundo. Hay días de felino
y días de paquidermo. Hoy sean bienvenidas
las benéficas ensaladas, la suave soya y las frutas
aunque tarde:
ya cincuenta años que comes carne
y estás eructando miedo.

Pero hay días que no tienes carnes ni vegetales
sino arena en la lengua. Te explicas: tal vez has comido
una sequedad inicial, insidiosa, de pecho, y nunca
se acaba, el desierto
nunca se acaba.