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31.5.12



La escritura en la globalización








por Beatriz Paz Jiménez
cacto.org.pj@gmail.com 
Digo que el mar también es un lenguaje. Todo cuerpo es un lenguaje. Que la escritura se aparta del lugar donde, cruelmente, intento decir los vocablos que se apagan. Pero hay un movimiento que habla en el silencio, un tropel de niños enterrando barcas. Sus ojos, demasiado hechizados para comprenderse, han venido a destruir mi única palabra. Esto que escuchas es mi cuerpo, mi animal recién nacido, mi lengua suspendida de una música terrible.

Daniela Camacho



La globalización es un proceso cuyos implicados directos son los Estados-nación con regímenes de organización democrática y principios de liberalismo económico, pero que toca a todos los tipos de organización gubernamental, ya que implica los flujos políticos, monetarios y culturales de la humanidad contemporánea. Los fenómenos globales se sostienen en la interdependencia de las economías locales por vía del sector empresarial cuya presencia es transnacional, unificando los mercados del flujo económico, trastocando los modos de producción y preservación cultural y transformando los escenarios sociopolíticos, a través de la generación de objetos de consumo materiales o puramente ideológicos.Al circuito cultural de la globalización, dentro del marco histórico del capitalismo donde las aspiraciones de estrategia política apuntan hacia la integración de las diferencias sociales, se le conoce como sociedad del conocimiento. Sus características principales son un escenario a la vez unificado y fragmentado –unificado por la estandarización de los contenidos y hábitos culturales, pero fragmentado por las modalidades que aquellos adoptan dentro de cada contexto–, la integración de las tecnologías para la transmisión de datos que modifican tanto el entorno cotidiano como las experiencias espacio temporales de los usuarios, y finalmente, la producción, distribución y manipulación informativas como elementos estructurales de las actividades culturales y económicas globales.
La escritura es un cohesionador social dado que, como sistema de símbolos estructurados lingüísticamente, transmite mensajes del habla humana y, en esa medida, crea una representación de lo que somos. La escritura ha sido vigía de la memoria colectiva desde las primeras tablillas de arcilla hasta la compleja estructuración actual de los sistemas comunicacionales. Es un instrumento codificador de nuestra facultad imaginativa en tanto seres simbólicos anhelantes de sentido. Si bien la escritura es una práctica que no supera los 3 000 años de registro fáctico, frente a los 25 000 del homo sapiens −el primer homínido en combinar el raciocinio, la percepción, la emoción, la memoria, la imaginación y la voluntad para el desarrollo de las primera comunidades transmisoras de cultura–, desde la imprenta de Gutenberg (1440) hasta el desarrollo de UNIVAC (1959), el primer computador, y ARPANET (1969), el precursor de Internet, se ha ido extendiendo como una práctica popular, primero entre las clases dominantes y posteriormente entre la burguesía, hasta pasar al menosprecio de los públicos meramente audiovisuales que sin embargo subsisten informáticamente gracias a ella, y ha sido el medio de origen para el resto de los soportes culturales que registran y comunican información. Esto más el avance tecnológico, las políticas de los gobiernos democráticos en cuanto al derecho a la educación, la reducción de costos en la producción a gran escala de receptores telemáticos y el descubrimiento de la rentabilidad económica en la industria del entretenimiento, lograron llevarnos en pocas décadas de una generalidad analfabeta hacia una de doble socialización, a la que deviene a su vez una doble alfabetización que ya no implica sólo saber leer y escribir o elaborar operaciones matemáticas básicas, por no mencionar otras habilidades cognitivas, sino también aprender a interactuar eficazmente con una interfaz.

En este contexto la escritura tiene un papel implícitamente privilegiado pero a un nivel más profundo, está limitada frente a la cultura del homo videns. La escritura se ha convertido en un signo tanto de cohesión como de diferenciación entre comunidades, un arte en resistencia y una herramienta poderosa para alcanzar o frenar la equidad social.


A partir de la expansión mediática de los sistemas satelitales, la culturalización por parte de la hegemonía ideológica comenzó a incidir más allá de las fronteras locales de su producción. Actualmente, la comunicación y el entretenimiento son los mercados fuertes de la industria cultural a escala planetaria. Las nuevas generaciones de las sociedades tecnológicas nacen en una realidad doméstica entre pantallas y telefonía celular. Tribus de consumo emergentes como los geeks o los hikikomoris nos muestran que la “vida digital” puede ser más atractiva para algunos que la vida más allá –o más acá− del universo informático. La movilidad tecnológica entre las sociedades y sus hábitos de cotidianidad redefinen la vinculación del hombre con sus semejantes, con su noción de sí mismo y con su apreciación cosmogónica, donde el entorno natural es el principal afectado. Durante siglos, los mitos y el conocimiento técnico se registraron por escrito, el pensamiento filosófico y el florecimiento de la literatura como relato de la sensibilidad dieron horas de sentido a generaciones de lectores que no encontraban en estos registros al autor, sino a un sí mismo siempre cambiante. Ahora cualquier mito central se ha subdividido en un imaginario multinivel, con infinitas categorías contextuales y capas de imagen, su posibilidad de aprehensión se ve definida por el acceso a la información y los códigos compartidos por una inimaginable densidad de usuarios, los índices de lectura poblacionales son más bajos en los países menos industrializados, la popularidad de los espacios específicamente dedicados a la literatura, la diatriba filosófica o la experimentación científica en los medios digitales es contundentemente menor ante la de las redes sociales como Facebook o Youtube y los videojuegos en línea.
La revolución cultural ha implicado que la tecnología sea parte de nuestros procesos de vida cotidianos y que surja una dimensión donde nuestros referentes identitarios como la herencia cultural, el idioma y la sociabilidad se desdibujen paulatinamente, rezagando algunos de sus componentes e incorporando los de otras culturas. Y así como podemos apreciar la expansión de mercados en el ámbito de la industrialización maquilar y energética, tal como en el caso chino, también podemos evidenciar la primacía de los significantes anglosajones sobre la producción cultural. Al respecto, una manifestación por resaltar es la estandarización de los usos idiomáticos en función de los anglicismos y la jerga informática, anglosajona principalmente. El inglés se ha convertido en la primera lengua de comunicación internacional, evidente desde los instructivos de los aparatos eléctricos hasta las especializaciones temáticas −negocios y finanzas, ciencia, técnica, entretenimiento− presentes en la esfera pública del ciberespacio, donde se habilita el diálogo entre ciudadanos conectados. El ciberespacio mundializa la simultaneidad, donde la región cero o el tiempo sin regiones impera, porque cualquier lugar es alcanzable simultáneamente. La disponibilidad de contenidos las 24 horas para los usuarios conectados implica tanto un universo infinito para trazar su ruta cultural, como una delimitación de usuario cada vez más individualizada, dada en función de sus competencias e intereses. La exposición continua a múltiples contenidos, el dominio del multimedia sobre los formatos de la signicidad puramente escrita, el acotamiento de las lenguas locales ante la brecha idiomática, van delegando la práctica de la escritura a las comunidades que apuestan por la recuperación y posicionamiento de los periódicos en línea, weblogswikis o al uso informal en foros y chatting rooms.La lengua, como generadora de identidad entre los grupos humanos, se ve sobreexpuesta a la babel cibernética donde surgen nuevos campos y elementos para la configuración identitaria de los sujetos. Una muestra de ello se ve en cómo la escritura cotidiana pasó de la cultura postal a la de los mensajes electrónicos, cargados de espontaneidad, simbologías emergentes −que buscan representar la expresividad del rostro humano−, abreviaciones arbitrarias y un menor cuidado de la sintaxis, más cercanos a la experiencia breve e informal del lenguaje oral. Así, las comunidades practicantes de chattingtextingposting no sólo llevan sus procesos de enunciación escrita a un lenguaje deslavado, sino que los usuarios incorporan ese margen erróneo a su práctica de habla en el contexto desconectado, limitando así las habilidades expresivas fuera de los sistemas de comunicación telemáticos.
Escribir es simultáneamente un acto de lectura e interpretación. La lectura enriquece con vocabulario y técnicas la perspectiva del que escribe. La interpretación unifica los campos del conocimiento y genera un sentido. Los hábitos del zapping, desarrollados por las generaciones de televidentes ante una carta programática incesante, revelan usuarios expuestos a una cada vez mayor cantidad de información y a una menor voluntad elucidatoria. Los nuevos modos de lectura apuntan hacia el frenesí de los significados. Por ejemplo, el público del siglo XIX consideró mejor la novela por entregas que el mismo texto en forma de libro, el del siglo XXI prefiere el texto de la novela adaptado cinematográficamente en formatos descargables desde YoutubeCuevana o Netflix al libro. Hay una primacía de la laxitud cultural de las formas sobre la profundidad de los significados. Asimismo, las dificultades adquisitivas de textos especializados o de vanguardia se acrecientan. La lectura se encarece y se privatiza, aumenta la escasez de bibliotecas públicas. Las librerías se van a pique ante la disposición de los gobernantes tecnológicos por reemplazar al libro y la permisión de las comunidades para dejarse informar y entretener únicamente por el mundo del montaje audiovisual, sin comprender que la lectoescritura es una herramienta para profundizar en el simbolismo del medio audiovisual y, por ende, obtener de él mayor disfrute. Los promotores de la lectura son minorías en resistencia y, al menos en México, la agenda de políticas públicas en torno a la educación y el entretenimiento demuestra un bajo compromiso con la formación de lectores, escritores, editores y demás agentes editoriales fuera de los círculos académicos y las comunidades epistémicas. A menor fruición colectiva, mayor control social.Sin embargo, la escritura en el contexto globalizado tiene una importancia fundamental. En el campo del entretenimiento, es la piedra de toque para la capitalización de recursos y el incremento de las ganancias. Si aceptamos el paradigma de la sociedad informativa, entonces estamos aceptando lo evidente: el sistema informativo se basa en la escritura. El texto escrito es 1)el medio primordial de comunicación entre el ordenador y el usuario, comenzando por la funcionalidad de la interface; 2)un tipo de soporte informático, entre otros y 3)un metalenguaje de los medios informáticos, un código en el que se representan todos los otros medios. La sociedad de la información utiliza al texto como metalenguaje y las interfaces culturales heredan los principios sintácticos de la organización textual que ha desarrollado la civilización humana. La programación Java es un lenguaje especializado que da las coordenadas de los objetos en tres dimensiones, los valores de píxel de las imágenes digitales o el formateo de una página en HTML, y es gestionada tanto por los programadores de Silicon Valley, los grupos activistas pro cultura libre como Anonymous o miembros autodidactas de las comunidades de bloggeros.
La escritura es también la principal vía de contacto para las redes sociales y sólo en el caso de conexiones entre usuarios hablantes de distintas lenguas, la imagen es prioritaria en cuanto a la comunicación de los intereses, competencias y experiencias de cada cual. Casos como el de Twitter nos revelan que hay espacios mediáticos donde la escritura es el personaje principal pues representa la apropiación civil sobre un medio privado para generar líderes de opinión que no surgen de la aprobación canónica, sino de los seguidores que van adquiriendo dinámicamente por su cuenta. Y he aquí el dilema sobre si la información en línea puede crear o representar una cultura, y si para convertirse en una comunidad debe haber comunicación presencial entre las partes. Internet es nulo por sí mismo, pero al servicio de los usuarios es una poderosa herramienta. La desestabilización de gobiernos corruptos como el de Hosni Mubarak o el de Ali Abdullah Saleh, demuestran que la escritura en los medios digitales puede ser la base para la organización y movilización de un pueblo. La prohibición de medios digitales en países con regímenes autoritarios(1) sólo confirma la importancia política de la palabra escrita en los procesos de comunicación y ciudadanía. Un mejor escenario incluiría la adaptación de una cultura fanzinera, de radios comunitarias y la recuperación de los espacios públicos para el diálogo social.La producción escrita ahora es móvil, reticular e interactiva. La escritura en los medios digitales apela a una hiperestructura donde se genera un lenguaje multimedial –audio, imagen, video− que modifica las relaciones tradicionales entre autor, texto, formatos, lector, así como el estímulo de las competencias entre quienes desean interactuar. La morfosintaxis es representativa del lenguaje escrito en los medios globales. La lectura que hacen las nuevas generaciones está más basada en la distribución espacial de las pantallas, yendo del centro de la imagen a las orillas, que en el recorrido habitual de izquierda-derecha, arriba-abajo. Pese a ello, la escritura es la principal práctica subyacente a la producción cultural. Salvo en casos extremos de ruptura experimental, los objetos audiovisuales se estructuran sobre un guión escrito, los sistemas de compra-venta se comunican con los usuarios de manera escrita, los portales de intercambio informático y económico son impensables sin la escritura.
Por todo ello, uno de los temas más urgentes para las agendas de regulación de medios tiene que ver, forzosamente, con la brecha digital. Nuestra incidencia en la ecología de los objetos culturales, sus referentes y la manera en cómo son interpretados, se relaciona con la apropiación de su sentido a nivel colectivo y del entramado de la gestión social en el que se inscriben. Las posibilidades de acceso a los bienes ideológicos, al posicionamiento de cualquier sujeto como agente activo de su cultura y a la ciudadanización o participación del capital cultural generado por una sociedad sobrepasan el encuadre político de los gobiernos locales y tocan el meollo de la globalización en cuanto a la distribución justa del capital, en este caso tecnológico e informático, ya que remiten a la necesidad de extender a los ciudadanos el equipamiento técnico para acceder a la información, pero también, fundamentalmente, el garantizar el sustrato cultural por vía de la educación y las condiciones de vida óptima mínimas –alimentación, vivienda, salud− para manifestarse culturalmente. La interpretación es el símbolo ritual de nuestro hacer humano pero es mucho más agobiante y falaz cuando los ciudadanos, antes de siquiera saber leer o escribir, deben luchar por subsistir en condiciones de represión social, pobreza extrema, enfermedad o conflictos armados. En la transdisciplinariedad del escenario mediático vigente, la actitud más lúdica no trataría de imponer o descartar un medio u otro, sino de generar mejores competencias para un pensamiento crítico, y las habilidades técnicas para facilitar el acceso a la información. Los hábitats tecnológicos pueden ser tan fecundos o banales culturalmente como los usuarios que los construyan, pero la escritura es el lazo que los conecta, el registro que los sustenta y el espacio para futuras concepciones mediáticas.
30.05.2012_____________________________________________________________________________________
1.En la lista de los países que más censuran la información libre por Internet, elaborada por Reporters Without Borders figuran: 1.Maldivas, 2.Túnez, 3.Bielorrusia, 4.Libia, 5.Siria, 6.Vietnam, 7.Uzbekistán, 8.Nepal, 9.Arabia Saudita, 10.Irán, 11.China, 12.Myanmar/Birmania, 13.Cuba, 14.Turkmenistán y 15.Corea del Norte. Más específicamente sabemos que China bloquea el acceso a YoutubeTwitter y Facebook a sus redes internas. Emiratos Árabes y Pakistán lo hacen con Twitter. Malasia, Pakistán, Siria, Irán, Uzbekistán, Bangladesh y Vietnam con Facebook

















15.5.12

La Sangre de nuestra madre Tierra/Cipactli Lophophora Williamsii


No son una novedad los síntomas relacionados con la menstruación. El "Síndrome Premenstrual" se manifiesta con una serie de síntomas físicos y de conducta. El dolor menstrual es una realidad nuestros días y en el mercado existen toda clase de medicamentos a tal efecto. Estos síntomas son el resultado de una creación de la consciencia colectiva que ha sido proyectada sobre las mujeres a lo largo de la historia. A nivel emocional los cambios de actitud son muy latentes, y hasta que la mujer no comprende sus ciclos no estará habilitada a vivir sus procesos menstruales en comunión con su naturaleza femenina.Todo esto es debido a una falta de comprensión de lo que realmente simboliza.

Cada mujer desde la pubertad hasta su madurez vive procesos de contracción y expansión cada 28 días. Estos 28 días coinciden con los ciclos lunares. Cada ciclo lunar esta asociado a un arquetipo dentro del ciclo de la creación. Así la luna llena representaría el ovario fecundo o el ovario no fecundo, que es devuelto a la tierra. La semilla de vida es retornada en forma de sangre o en la manifestación de un nuevo ser.

La mujer convive con 4 arquetipos distintos dentro de si misma, cuatro visiones distintas del mundo. Así podemos entender porque la ley del cambio opera dentro de nosotras de forma vertiginosa. Somos Diosas en acción. Entender nuestras fases menstruales en relación con las fases lunares nos abre una puerta al entendimiento universal de nuestra presencia en la tierra. Cuando estamos con nuestra regla tenemos una conexión directa con el creador y con la Madre Tierra. Esta fase correspondería a lo que es la Luna llena que esta directamente relacionada con el arquetipo de la Sacerdotisa del tarot. La sacerdotisa representa la conexión con el cielo y la tierra, manifestando dicha unión desde la naturaleza mas intima con el creador. Es el tiempo de mayor conexión. Por eso en ceremonias las mujeres que están en este ciclo lunar deben ejercer de sacerdotisas pues sostienen ambos planos (cielo y tierra) desde su útero. En este tiempo manifestamos nuestro poder de co-creación en comunión con la naturaleza.

Cuando la luna esta menguante entra en la fase de la Mujer Sabia, en este tiempo atravesamos estados de aislamiento para poder hacer aflorar el inconsciente. Es el tiempo de la visión interior. Estos son los días en los que no nos apetece hablar ni ver a nadie, esto es debido a que a un nivel inconsciente sentimos la perdida de esta sangre como una posibilidad perdida de haber creado una nueva vida. A nivel físico experimentamos una perdida de minerales, a un nivel inconsciente experimentamos la bajada a nuestro infra-mundo donde nos enfrentamos con nuestra sombra, permitiendo que aflore purificándose para dar la bienvenida al nuevo ciclo.
La luna nueva nos trae la energía de la Madre, en este tiempo es donde plantamos la semilla de los planes futuros. Es donde nutrimos estos planes para que se den de acuerdo con las leyes del creador. La reserva, el mimo y cuidado con el que nutrimos nuestros asuntos es de vital importancia durante este ciclo.

La Luna Creciente nos conecta con la energía de la Chamana, aquí sentimos la fuerza creadora, creciendo en el útero, una nueva posibilidad de engendrar una nueva vida. En este tiempo nos sentimos mas seductoras y nuestra energía se manifiesta con la fuerza de pura vida.

La causa de que la Regla haya sido un tema tabú hasta nuestros días no es otra que la de permanecer desconectadas de la Madre Tierra, desconectadas de nuestra naturaleza. Conectarnos con nuestra LUNA ROJA es volver a recuperar nuestra condición natural. Nuestra sangre tiene toda la información genética de nuestros ancestros. Somos el ultimo eslabón de esa cadena. Como mujeres además tenemos la conexión directa con el planeta Gaia. Establecer esa conexión es despertar a una consciencia mas universal.
Nuestra sangre es portadora de pura vida, su poder sanador es ilimitado. Ofrendarla a la tierra nos conecta con las memorias ancestrales del planeta, permitiendo que afloren en nosotros cualidades y capacidades que permanecían dormidas dentro de nosotras. Es conectarnos con la Madre con todo su potencial de vida. Cuando desechamos nuestra sangre a la basura estamos conectándonos con los desechos artificiales creados por el hombre. Cada mes ofrendarle a la Madre Tierra tu sangre, ella te devolverá tu ofrenda con creces. Esa relación con la madre es intima. Recoge tu sangre cada mes y busca un lugar en la naturaleza que tu sientas. Al principio puedes pedir ayuda para que los desechos energéticos que hay en tu sangre sean transmutados por la tierra. Cuando hacemos esto la Madre Tierra transmuta los bloqueos energéticos que estén afectándonos.

A través de una alimentación adecuada (basada en el consumo de grano integral) tu sangre se convierte en un reclamo de unidad con la madre que ella reconocerá, aumentando así el proceso de sanción del planeta. Cuando un mujer abre su consciencia la actitud de esta afecta a la consciencia femenina de todo el planeta. Cuando entregamos nuestra sangre en un lugar concreto tomamos la energía de ese lugar, creando así una red de vida a lo largo y ancho del planeta.

¡Siéntete libre de compartir esta información con todas las mujeres que conozcas y feliz regreso al hogar de la madre!

Sura

29.2.12

Peleas de tigres en el Ritual nahua de la lluvia en la Región de La Montaña, Guerrero/Iván F. Galíndez O.

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA – IZTAPALAPA  
Las peleas de tigres son sólo uno de los elementos que, a pesar de contar con un sentido y características propios, componen el Ritual de la lluvia de algunos pueblos nahuas de La Montaña, la más pobre del las siete regiones en que se divide el estado de Guerrero. Se trata de un ritual propiciatorio, es decir, que su función es hacer factible, por medio de ceremonias, ofrendas, danzas y peleas -como manifestación del sacrificio, agradecimiento y humildad de la comunidad-, la llegada de las lluvias para el nuevo ciclo agrícola. Es el momento más importante de interacción de los distintos ámbitos comunitarios: lo social, lo económico, lo religioso, lo normativo y lo simbólico. Esta petición comunitaria de lluvias o Atzatzaliztli se constituye como un valor del pasado vuelto tanto tradición como elemento funcional y de permanencia de la comunidad. Según la antropóloga Rosalba Díaz Vázquez, este suceso anual se ha tratado de manera reiterada por sociólogos, antropólogos e historiadores, pero sin considerar una determinación imprescindible para su problematización, investigación y explicación: el fenómeno migratorio (Díaz, 2003). Éste no conforma una variable anexa que complemente el estudio del caso sino que sin él ya no es posible, por lo menos desde hace más de cuarenta años, entender el sentido actual del Ritual de la lluvia y su conflictiva inmersión en un mundo globalizado. Además, de mi parte, se intentará una breve propuesta que concibe estos rituales comunitarios como una forma de resistencia anticapitalista, aunque no se desarrolle necesariamente de manera reflexiva e intencional bajo un criterio que una lo simbólico-religioso a lo socio-económico. Una de las conclusiones básicas de tal unidad será la de considerar los ritos no ya sólo como una práctica colectiva de a) distinción -ante los otros no pertenecientes a la comunidad- e identificación –intracomunitaria- sino b) de protección de los recursos naturales que proveen bienes, sea de autoconsumo o como insumos de producción de bienes intercambiables. -1- El Ritual de la lluvia se remonta por lo menos a alguna época anterior a la llegada de los europeos a tierras mesoamericanas, pero su registro lo vincula directamente a la existencia de las comunidades nahuas acateca y zitlalteca, habitantes de Acatlán y Zitlala, respectivamente, poblados fundados por misioneros católicos alrededor de la segunda mitad del siglo XVI. Aunque no se cuenta con documentos detallados acerca de la evolución histórica de esta práctica, es probable que no haya experimentado una transformación tan radical sino hasta la segunda mitad del siglo XX. El fenómeno migratorio de fines de las años sesenta, esto es, el éxodo del campo a los centros urbanos, provocó una redefinición del ritual con el fin de evitar su decadencia y, con ello, la desaparición de los vínculos comunitarios necesarios para la preservación de la comunidad misma. De los sistemas cerrados frente al español, en un inicio, y al mestizo, en la época contemporánea, se pasó a la implementación de nuevas formas organizativas mucho más flexibles, pues ahora la comunidad cuenta con una tensión conflictiva entre sus sectores local y migrante. Dicha flexibilidad ha hecho trascender una cultura de más de quinientos años de resistencia en un contexto de cambios nacionales e internacionales. Los fuertes lazos comunitarios de los pobladores de Acatlán y Zitlala han determinado su fenómeno migratorio de una manera específica: los migrantes han conformado “redes de paisanaje” (Díaz, 2003: 21-23). No se trata, pues, de “individuos” aislados por la migración, sino de “sujetos” migrantes que no pierden el vínculo, fuera de su comunidad, con su comunidad. Sin embargo, la adquisición de nuevos valores de carácter urbano, por haber generado conflictos identitarios en el regreso temporal o permanente del migrante a su población, hizo factible la apertura de estructuras normativas anteriormente cerradas e inmutables. Las formas expresivas del ritual religioso se han vuelto múltiples. Es en el Ritual de la lluvia, “fiesta religiosa en tiempo extraordinario [celebrada] cíclicamente mediante la participación masiva…” (Díaz, 2003: 24), donde se hace manifiesta esta multi-expresividad de los fines, del contenido y de las formas en que ellos se expresan. Lo simbólico, asociado a ciertos referentes que impactan la intersubjetividad emocional comunitaria, lo religioso y lo místico, por más que se les piense disociados de lo concreto material de la vida en comunidad, tienen implicaciones reales, principalmente la preservación de la herencia cultural, por un lado, y por el otro, la protección de la tierra y los recursos naturales en general. No obstante, este ritual propiciatorio, al igual que toda manifestación ritual pública, no sólo hace propicia la comunión en el tiempo extraordinario, al mismo tiempo hace evidente la fragmentación estructural que vive la comunidad el resto del año: lo económico se manifiesta en lo social y lo social en lo ceremonial. Se trata así de una exacerbación de las diferencias intracomunitarias sólo unidas bajo la fiesta ceremonial en una especie de “expresión simbólica de la unidad comunal en lo real y en lo ideal” (Díaz, 2003: 25). En la petición de lluvias encontramos, pues, en un solo conjunto, pluralidad de perspectivas, heterogeneidad de interpretaciones y transformación de las formas y sentidos de la tradición. -2- Para adentrarnos en lo específico de las Peleas de tigres en el Ritual de la lluvia es necesario, después de haber dado brevemente algunas categorías explicativas mínimas, contextualizar geográfica, histórica y económicamente a las comunidades que realizan esta práctica. Los nahuas de Guerrero habitan principalmente la región de la Montaña, colindante con los estados de Oaxaca y Puebla. Sus tres actividades más importantes son la agricultura de autosubsistencia, columna vertebral de la manutención comunitaria (contando con dos terceras partes de tierra de temporal, por una de riego), la producción artesanal y el trabajo asalariado. Hasta el año de 1999 el pueblo de Acatlán contaba con el mismo número pobladores locales y de emigrados (aprox. 3000 por cada sector). Debido a que, después de un largo proceso de lucha, el Estado mexicano titula en 1956 la tenencia de la tierra bajo el régimen de propiedad comunal, los lazos comunitarios, ya de por sí sólidos, sufrieron un proceso de afianzamiento reforzado por la interacción cotidiana del trabajo común de la tierra. Sin embargo, por ser el producto del trabajo de la tierra un bien de autoconsumo, es decir, por no constituir una mercancía, y ser, además, socializado colectivamente, el poder político y económico ejercido por la población mestiza (comerciantes y terratenientes, principalmente) de la cabecera municipal Chilapa de Álvarez inició un proceso de invasión y robo de tierras de la comunidad acateca. El proceso natural del desarrollo capitalista tiende a una necesaria mercantilización del trabajo campesino y de su producto; es decir, que todo trabajo no asalariado y todo producto no mercantilizado obstaculizan el carácter autoexpansivo del capital. Para comerciantes y terratenientes el campesino indígena debía convertirse en un trabajador asalariado, su tierra, en un bien privado, y sus frutos, en mercancías intercambiables bajo costos determinados por el tiempo socialmente necesario para producirlas, e incluso por la muy arraigada práctica especulativa. Estos tres imperativos son manifiestamente contrarios al sentido de vida del indígena y la relación de éste con la tierra. Así, es en este contexto -que se ha prolongado durante más de treinta años- donde surge el vínculo ya no sólo identitario sino político entre la población local de Acatlán y su sector migrante. Las luchas frente a los poderes estatales o municipales comenzaron a llevarse al nivel federal por medio de la población migrante residente en la Ciudad de México. Aún cuando fueran derrotadas, esas resistencias daban cada vez más cohesión interna a la comunidad acateca (local y migrante). Pero tal reforzamiento frente a un enemigo externo se veía contrastado por un debilitamiento de las relaciones intracomunitarias debido a factores como: abandono del trabajo agrario (diversificación de las actividades laborales); un bilingüismo que, al generar mayor movilidad social, incentivaba la migración; nuevas pautas de consumo por influencia del exterior; y pérdida de patrones tradicionales (Díaz, 2003: 56). Dados estos factores internos, la comunidad se repliega sobre sí misma teniendo mayor control sobre las actividades cotidianas, otorgando el arrendamiento de la tierra exclusivamente a los pobladores acatecos, o estableciendo la obligatoriedad a cada campesino de dar a la comunidad dos jornadas de trabajo cada mes. Ahora podemos entender con mayor amplitud el momento del Ritual nahua de la lluvia, su función y flexibilidad para acoger al Acateco migrante y así reforzar los vínculos de la comunidad local y la urbana. Todo ello con miras de la defensa de la identidad tradicional de la comunidad y su forma de relación con en mundo natural a través del mundo de lo divino, así como la defensa de los recursos naturales y la forma de vida frente a los enemigos externos. Se trata, pues, tanto de una reivindicación étnico-cultural como de una resistencia de clase. -3- El Ritual de la lluvia se lleva a cabo en abril y mayo de cada año. Los pueblos nahuas, como una estrategia de resistencia cultural en tiempos de la Conquista, justificaron el día tradicional de inicio ceremonial con el culto respectivo del santoral católico. Originalmente, la fiesta religiosa ha tenido el propósito de asegurar las lluvias y la fertilidad de la tierra. Inicia, en lo particular, con una ofrenda en las milpas, y en lo colectivo, con ofrendas y cantos en los lugares asociados a las “deidades acuáticas” (Díaz, 2003: 76): ojos de agua, fuentes, cerros. Sobre éstos últimos, principalmente el Zitlaltépetl y el Hueyetépetl, se hallan colocadas cruces que representan lo divino en una doble función: la custodia de la comunidad y el contacto permanente con el cielo, asidero de las nubes, refugio del agua. Las cruces pueden cristalizar el culto a la Santa Cruz, a la Virgen, a los santos, a o Dios Madre. Al estar en la cima del cerro, la Cruz “vive” a la intemperie, sufre al sol, a la llovizna, a los temblores, al granizo (Portilla, 1987); por eso, por el acto de sufrimiento, asociado al sufrimiento de Cristo, se le rinde culto a la vez que se le hacen plegarias. En este ritual se preserva una relativa autonomía respecto del catolicismo, pues en lo espacial se acude a ligares míticos indígenas (cerros, cuevas, pozos, ríos); en lo organizativo no se halla la dirección de sacerdotes católicos sino de la misma comunidad y su jerarquía; y, finalmente, en lo simbólico, tanto forma como contenido son predominantemente indígenas (elementos rituales prehispánicos, sacrificio de animales, ofrendas, enfrentamiento entre guerreros, danza y música) (Díaz, 2003: 67). Las peleas de tigres son uno de los elementos que componen el Ritual de la lluvia. Se pelea como un ejercicio de catarsis, como una expresión de violencia sólo restringida al tiempo de la fiesta religiosa; su objetivo primario es propiciar la lluvia por medio del sacrificio (elemento cristiano) y del rugido de los contendientes (elemento natural prehispánico), el cual imita e invoca al trueno, manifestación de tormenta y abundancia de lluvia. El ritual constituye un ejercicio cíclico no sólo en el sentido de cada ciclo agrícola sino porque se pide para, de una parte de lo obtenido, devolver en ofrenda a quien se le ha pedido. Además, hay en esta práctica nahua un vínculo directo -literalmente- entre lo ritual-simbólico y lo biológico: se considera que a mayor sacrificio de los peleadores, mayor abundancia de lluvia y, por tanto, de frutos para la subsistencia alimenticia, pero también de flores, otorgadas por el guerrero tigre a la mujer, que, al aceptarlas, con él se compromete, asegurando la reproducción por medio de su fertilidad. En el mismo sentido, la máscara del tigre posee un componente simbólico y no únicamente representativo: simboliza la madurez del contendiente, el espíritu guerrero de la región nahua y el vínculo con la tradición, la comunidad y la familia, pues año con año, mediante el traslado generacional, la máscara adquiere mayor importancia. Las peleas de los hombres tigre se realizan sin odio personal, sólo por voluntad y para propiciar la lluvia. Es entonces un ritual ético de preservación de la vida, mas no una expresión de violencia irracional. Resta decir que el Ritual de la lluvia tendría, finalmente, dos motivos fundamentales: la autogestión de los pueblos nahuas sobre sus recursos naturales, por un lado, y por otro, la autodeterminación sobre la manera de vivir y dar sentido a su vida como pueblos originarios. 


Bibliografía 
Díaz Vázquez, Rosalba, El ritual de la lluvia en la tierra de los hombres tigre, México, CONACULTA, 2003. - Portilla, Alfredo, Peleas de tigres, video documental en CD, INI, 1987.

26.12.11

Los dos jardines. Mística y erotismo en algunos poetas mexicanos/Elsa Cross

 
 


 
El ágape es sin duda más cristiano, pues es el amor de la caridad y la compasión por los demás, en tanto que el eros, en un sentido amplio y no reducido a lo que se entiende usualmente por “erótico”, es un impulso hacia el éxtasis, necesariamente interior y personal.

*

Erotismo y misticismo se muestran de pronto como un mal, una pasión devorante, incontrolable, pero que da sentido a todo; son una huida, una salida, una posibilidad de trascender la realidad insoportable con su tedio y su banalidad, su vacío y su tristeza. No importa que esa salida signifique la obsesión o la locura. Tanto la experiencia erótica como la mística siguen órbitas excéntricas, pues como dice Paz, el asceta, al igual que el libertino, son seres asociales. De hecho, necesitan vivir en el extremo, en el exceso. La opacidad y el hastío de lo cotidiano no les bastan.

*

Pita Amor
XXXII

Tú tienes todo el poder,
Tú riges el movimiento,
fabricas el pensamiento,
principio y fin das al ser.
Pero yo quiero saber
si tus fuerzas las dominas,
si cuando creas y exterminas
es timón tu voluntad;
si posees libertad
o sólo a ciegas caminas.


*

Enriqueta Ochoa

Vírgenes terrenales (fragmento)

Yo me miro y no soy sino una cripta en llamas.
Amo yo el horror de ser virgen, y quiero
vivir en el pavor que me dan mis cabellos
para en la noche ya retirada en mi lecho,
reptil inviolado, sentir la carne inútil
bajo el frío fulgor de tu pálida luz
¡Tú que te mueres, tú que ardes de castidad,
noche blanca de témpanos y de nieve cruel!

¡Mentira que somos frescas quiebras cantando en el agua!
Que un temblor de castidad serena nos albea la frente,
que los luceros se exprimen en los ojos
 y nos embriagan de paz.

Malherida,
borré la sombra del sexo entre los hombres
y me quedé vacía, a la intemperie.
Y no pude decir
hasta que se hizo carne en mi carne el amor
lo que era hallar la propia sombra, entregándose.

*

Alfredo R. Placencia

Yo descendí hasta el alma de la noche
y en sus abismos me senté.

¿En qué se piensa
cuando en el alma
se desploma el caos?

Aquí, el “vértigo de fuego” del amor se ha tornado en un “vértigo de sombra”. Y estos poemas, bastante oscuros, son un preludio de la muerte; pero están lejos de la muerte gozosa deseada por los místicos y que surge ante la promesa de la unión definitiva con un Dios en un más allá.

El mundo es distracción, obstáculo, es una fuerza enemiga. Sin embargo, la intensidad de la pasión mística se vuelve en sí misma un gran riesgo, pues si la mirada se desvía de su dirección, jalará consigo toda esa fuerza transfiriéndola al nuevo objeto. Si es éste una criatura, casi insensiblemente el exaltado amor místico se convertirá en pasión erótica.


*

Octavio Paz

Es mi creación esto que veo
la percepción es concepción
agua de pensamientos
soy la creación de lo que veo

*

Hevajra Tantra

Por la pasión, el mundo queda atado. Por la pasión, también, se libera.

*

El aspecto del tantra que considera sagrado el erotismo y la unión de la pareja, a la que ve como un vehículo hacia la experiencia suprema, impresionó profundamente a Paz,  quien dice en  Vislumbres de la India (1995): “El placer sexual es, en sí mismo, valioso. Para los hindúes es uno de los cuatro fines del hombre. Aparte de ser una fuerza cósmica, uno de los agentes del movimiento universal, el deseo (Kama) es un dios porque el deseo, en su forma más pura y activa, es energía sagrada: mueve a la naturaleza entera y a los hombres”.

*

D.T. Suzuki 
El pasado y el futuro están los dos envueltos en este momento presente de iluminación, y este momento presente no es algo que esté quieto con todos sus contenidos, pues se mueve sin cesar.

*

Octavio Paz

Juntos atravesamos
los cuatro espacios los tres tiempos
pueblos errantes de reflejos
y volvimos al día del comienzo
el presente es perpetuo


Ediciones sin nombre/CONACULTA, 2003: Ciudad de México.

28.11.11

Gordon Matta-Clark; anarquitectura y de-construcción/Adolfo Vásquez Rocca

Descriptores:

Gordon Matta-Clark – Arquitecture – Arquitectura – Performance – Arte – Urbanismo – Building – Dissections – Retrospective – Museum  – New York.

1.- Anarquitectura y deconstrucción.
Gordon Matta-Clark (Nueva York,1943-1978), hijo del pintor surrealista chileno Roberto Matta, conocido por sus ‘‘cuttings’’, transformaciones de edificios mediante cortes o extracciones de fragmentos, y considerado como uno de los artistas conceptuales más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Estudió arquitectura en la Universidad de Ithaca en el Estado de Nueva York y literatura en París, pero decidió ser artista y no ejercer como arquitecto, pese a todo –y no sin razón– se ha descrito a Gordon Matta-Clark como “el único y verdadero arquitecto decontructivista”1. Matta-Clark opera la des-composición como proceso entropológico de desmantelamiento de elementos: paredes, suelos, ventanas, puertas.
Una casa encierra, nos acerca a las cosas, acentúa nuestra capacidad de intervenir sobre ellas, dominándolas. En lugar de esta contención y cierre arquitectónico habituales las intervenciones de Matta-Clark permitían una abertura, de este modo un despliegue estos “gestos deconstructivos que invocaban la dialéctica negativa del deshacer”2.

                                            
Matta-Clark situado en el marco ideológico de la hermenéutica marxista proponía la transformación de las organizaciones ciudadanas en un moderno proyecto de emancipación, mediante acciones de belleza convulsa, propias de los tiempos de crisis, buscaba socavar las bases sistémicas del capitalismo tardío y lo hacía cuestionando el concepto mismo de propiedad. Así sus investigaciones con el grupo Anarchitecture [Anarquitectura] plantean cuestiones históricas y filosóficas de amplio alcance sobre la naturaleza del espacio social y de la propiedad, sobre el profundo nexo entre propiedad e identidad3 , así como la relación entre el concepto de propiedad y las condiciones de su uso, su consumo y, aún más importante, su transformación en desecho.
                                 
Este proceso de consumo y desecho explorado por el pop y el conceptualismo permitirá a Matta-Clark construir ese originalísimo entramado reticular de política y arte mediante el cual irrumpirá en la escena artística de Nueva York emplazando críticas institucionales a partir de experiencias colectivas en el espacio urbano. “Su preocupación se centró en los nuevos modos de vida y las nuevas subjetividades e identidades políticas posteriores a 1968: trabajando con basuras, ofreciendo oxígeno a los transeúntes de Nueva York, abriendo un restaurante gestionado y dirigido por artistas, poniendo en tela de juicio la propiedad privada del suelo o subiéndose a la Clocktower para, colgado de su reloj, proceder a afeitarse, ducharse y lavarse los dientes”4.

                     
Todo aquél que quería ver sus intervenciones de arte tenía que saltar, hacer equilibrios, “imaginarse la posibilidad de caer al vacío a través de sus recortes...”, exponerse a la misma experiencia, tan espantosa como estimulante, de suprimir la tierra firme bajo sus pies, soltar casi literalmente todo aquello que supone un hogar esencial.
Todas esas acciones tenían lugar fuera de los sacralizados recintos de galerías o museos5. Prácticamente todas sus intervenciones en edificios fueron fotografiadas, filmadas o grabadas en vídeo, y el modo en que las registraba estaba en perfecta coherencia con el discurso general que trataba de construir o, si se quiere, deconstruir.

2.- Sustracciones e historias de construcción y estratificación.
Matta-Clark el poeta del espacio que exploró sus vacíos operando directamente sobre los sólidos construidos. Intervino edificios –cortándolos, seccionándolos, troceándolos, agujereándolos, desplazándolos– para materializar sus ideas sobre el espacio que él intuía desde una dialéctica personal (designar espacios, crear complejidad). Las dualidades que fue descubriendo, impecablemente reflejadas en sus montajes fotográficos (vertical/horizontal, interior/exterior, vacío/lleno) resumen en términos de experiencia estética las principales ideas filosóficas y estéticas sobre el espacio. 
                                           
Esos cortes conforman una suerte de narración gráfica y textual que explica tanto el proceso de la obra como su contexto interno. Sus viajes al subsuelo de la ciudad pretendían descubrir espacios sin nombre, lugares ocultos: "Tengo interés en una expedición al subsuelo: una búsqueda de los espacios olvidados y enterrados bajo la ciudad. Esta actividad debería sacar el arte de la galería e introducirlo en las cloacas", señalaba Matta-Clark.
A medida que se excava y se socavan las capas cosméticas, las sustracciones de Matta-Clark revela capas de información, historias de construcción y estratificación. Matta-Clark explora los espacios olvidados que han quedado enterrados bajo la ciudad, como reserva o como recordatorios supervivientes de proyectos y fantasías perdidos. Estas expediciones incluirían el trazado de mapas y la introducción o la excavación en estos cimientos perdidos6.

                                                      
3.- La casa como dispositivo de memoria; naturaleza ritual de lo doméstico y concepto de propiedad.
“Cada ciudad es un texto colectivo que vehiculiza y almacena una memoria colectiva, una narración geográfica e históricamente emplazada, cabe preguntarse por las formas de esa inscripción en el imaginario colectivo y sus procesos de sedimentación en el lenguaje, la forma en que se gesta la identidad, se conforman los ideales y la formas del conformismo, en definitiva, como se magullan los sueños. Cada transformación de la ciudad, cada re-organización territorial, cada nuevo multicine o megamercado, articula nuevas formas de relacionarnos o distanciarnos en la escena urbana. Con cada edificio que desaparece o se transforma desaparece una forma ritual de vida, se silencian saberes y memorias colectivas, se apagan los ecos de los fantasmas que pululan en aquellos lugares, los que hicieron propios y en los cuales afincaron su memoria e inscribieron su huella en el tiempo”7.



La casa es así un dispositivo de memoria, extrae de cada habitante sus pensamientos inconscientes y les da cuerpo: entidades fantasmáticas nacidas de los recuerdos, que resurgen en el presente, y que se producen como un intento de vincularnos a ella, de acercarnos. Pero la memoria le ha sido enajenada. Los edificios son entidades fijas en la mente de la mayoría. La idea de un espacio mutable es tabú especialmente en la casa de uno. Los que tienen una casa, por norma general, no hacen mucho más que conservar su propiedad. “Hay que abrir la casa para que pueda recordar, hay que moverla para poner de nuevo en libertad esos recuerdos. Para abrir la memoria de la casa pondríamos agua por medio, agua que nos apartaría de su visibilidad, que nos desposeería de la seguridad de nuestra intervención sobre los objetos que rodean nuestro cuerpo, ya no viéndolos; porque, ¿qué otra cosa es el dominio -como realización de lo doméstico- sino la costumbre que guía nuestros hábitos útiles, la cristalización de una de aquellas entidades fantasmáticas en siempre la misma reacción apropiada?”8. Así, para poder ver las intervenciones de Matta-Clark había que caminar, internarse en ellas, ser tragado por ellas, hasta que la dimensión, la forma, el color mismo de los objetos exteriores perdiera su fuerza, su rotundidad, y con ello, nuestra capacidad de actuar sobre ellos, de dominarlos.




Adolfo Vásquez Rocca 
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Estética y Antropología. Profesor de Postgrado PUCV; Profesor de Antropología y de Estética, Departamento de Artes y Humanidades, UNAB. Profesor visitante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado UCM. Director de la Revista Observaciones Filosóficashttp://www.observacionesfilosoficas.net/. Miembro del Consejo Editorial de Escaner Cultural —Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias— http://www.escaner.cl/ y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias http://www.konvergencias.net/, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Buenos Aires.


2.9.11

# 4 Dulce de escabeche: al final... tal vez sean los diabéticos los que sobrevivirán/Victoria Beltrán Kuhn

La historia alimentaria humana no está marcada por la penuria permanente, sino por la fluctuación cualitativa y cuantitativa de los recursos, es decir, por la alternancia entre periodos “grasos” y “magros.” Frente a estas milenarias variaciones, el organismo se adaptó mejor para responder a la escasez de calorías y no a la abundancia de ellas.

El exceso de glucosa adquirido por los alimentos permanece en la sangre y el ajuste metabólico conocido como diabetes, permite que dicho exceso se deposite en las células adiposas del cuerpo a través de la resistencia a la insulina.

Almacenar reservas de energía le permitió al homo sapiens sobrevivir a los periodos de escasez de alimentos para volver a engordar fácilmente en cuanto tuviera acceso a ellos. La grasa es precisamente la forma más eficiente y económica de almacenar energía, pues empaqueta el doble de ella que los azúcares o las proteínas por unidad de peso. Desde esa perspectiva, los obesos se consideran ahorradores de energía porque acumulan calorías en lugar de quemarlas, y los delgados  despilfarradores energéticos por no almacenarlas.

La resistencia a la insulina sirve para la supervivencia del feto durante el embarazo: todas las embarazadas incrementan esta resistencia y algunas llegan a padecer una diabetes transitoria “gestacional.” De no haber presentado este ajuste metabólico en el pasado, la madre no habría podido responder a las demandas de la reproducción y ésta hubiera sido imposible. Ante las dietas ancestrales, las mujeres capaces de desarrollar insulinorresistencia fueron las beneficiadas.

Por lo tanto, la diabetes, expresada a través del gen coloquialmente llamado “ahorrador,” es un mecanismo útil para afrontar condiciones ambientales extremas (glaciaciones, abundancia, escasez, sequías), pero resulta poco beneficioso ante la forma de vida y la alimentación contemporánea.

Los cereales fueron una adquisición reciente en nuestra evolución; con la aparición de la agricultura hace 10,000 años, la alimentación descansó cada vez más en hidratos de carbono rápidos, de donde proviene actualmente nuestra energía. Además de ésta, el homo sapiens requiere 20 aminoácidos para fabricar proteínas y sobrevivir. El humano no puede sintetizar los aminoácidos por sí mismo y requiere obtenerlos a través de los alimentos; con base en este criterio, la verdadera desnutrición consiste en un déficit de calorías de proteína.

Los carbohidratos más baratos vienen de los cereales y las grasas, mientras que las proteínas más baratas vienen de las semillas. La proteína de la carne es más cara que el carbohidrato del cereal y aporta un menor número de calorías que éste. Por esta razón, para cierta cantidad calórica de proteína se necesita mucho más dinero que el que se necesita para cubrir ese mismo número sólo con hidratos de carbono.

La revolución industrial produjo un cambio en la “calidad” de los carbohidratos pues la molienda fina de los cereales y la retirada de la fibra aumentó la velocidad de digestión y absorción de la glucosa. Además se desarrollaron todo tipo de dulces elaborados con azúcar extraída de la caña posteriormente refinada, conformando poco a poco la alimentación de nuestros tiempos. La consecuencia más evidente del cambio es el saldo excedentario de energía: absorbemos más calorías de las que quemamos.

La leptina (de leptos, delgado en griego) es una de las responsables de la saciedad. Algunas personas pueden ser resistentes a la acción de la leptina como un componente más del genotipo ahorrador. Esto hubiera sido benéfico en el pasado, pues ante provisiones abundantes de alimentos, la persona hubiera podido atracarse durante días sin que la leptina ejerciera un freno; al almacenar más energía, las probabilidades de sobrevivir, reproducirse y transmitir esa resistencia a su descendencia hubieran sido mayores.

Ni la resistencia a la insulina ni la resistencia a la leptina son el problema per se. Si acompañaron a las poblaciones hambrientas en la historia evolutiva y les permitieron su supervivencia, es la exposición actual a una alimentación basada en carbohidratos rápidos y grasas lo que las ha convertido en un inconveniente. 

Ante la ausencia del mecanismo de saciedad y en donde por el contrario, la “insaciedad” es promovida tanto por los productos mismos y su configuración química sin regulación (explicado en la nota anterior), como por la publicidad que se hace de ellos (también sin regulación), la diabetes resulta ahora la causa de muerte de más de 77,699 personas al año en México.

Mientras el proyecto del estado se rija por los intereses del mercado y se reproduzcan los contextos sociales en donde las opciones de alimentación estén diseñadas para llenar, dar energía y estimular  a bajo costo, el cuadro será más crítico (tomando en cuenta que además somos el país con el primer lugar en obesidad infantil).

Eso si... si las circunstancias ambientales, sociales y políticas se tornaran completamente adversas en los próximos tiempos, algunos sistemas ecopolíticos colapsarían por su propia insostenibilidad… y al final quienes sobrevivirían, tal y como antes lo hicieron, serían los insulinoresistentes… Vamos a ver si las cosas caen, literalmente por su propio peso.


18.7.11

La noche del eclipse/Gustavo Gall



Cuando estoy solo en una noche como esta me gusta sentarme a pensar. No pienso en cualquier cosa, pienso en la raza humana. Curiosamente es lo mismo que solía hacer cuando era un pibe, solo que ahora las ideas se han renovado bastante. Pero lo mío es detenerme en las personas, en la forma en la que hacen las cosas y en sus miradas. No puedo evitar maravillarme de lo genial que es el hombre, obviando las salvedades minúsculas, domésticas y absolutamente maquinales. Somos una especie sorprendente.

Estoy aquí en mi casa, tomando mate junto al ventanal que da al jardín donde llueve y llueve a cántaros, y retumban los truenos en la lejanía. Los truenos y los rayos siempre me asustan un poco. Mi amigo Magno asegura que debe ser parte de mi memoria genética ya que a mi bisabuela la fulminó un rayo en Austria.

Desenchufé todos los electrodomésticos por precaución y me senté a escribir, manualmente, como solía hacer antes de que el teclado del ordenador se convirtiera en algo cotidiano. (Este texto lo transcribo directamente del manuscrito).

A lo que iba...

Para filosofar sobre la vida y el Universo y el Multiverso hay que estar dispuesto a cambiar constantemente de opinión, conforme las ideas van emergiendo, y desplazando a otras ideas que quedan, automáticamente, obsoletas. Y es que no hay conclusiones definitivas, pero en el camino de la indagación se van abriendo puertas que nos hacen cada vez más inteligentes, y el placer de ser cada vez más –un-poquito-mejores- es una sensación incomparable a cualquier otra cosa.

“Mira el cielo, mira el cielo, el cielo quiere comunicarse...”

Insisto en que somos muy afortunados de vivir “ahora”, especialmente en esta época de la historia.

Vivimos en una galaxia espiral y hay cuatrocientasmil millones de galaxias en el Universo Observable. Nosotros estamos en UNA de ellas. Cada galaxia tiene cientos de miles de millones de estrellas y supervivimos en un lugar aleatorio en el medio de ninguna parte.
Hasta el año 1925 no supimos que nuestra galaxia no era la única del Universo. ¿Te parece poco argumento para sentirte afortunado?

Pero no somos afortunados por eso solamente...

Nosotros, los seres humanos de hoy, somos los últimos testigos de este tipo de Universo. En un futuro lejano los científicos tendrán mejores nociones de física, conocerán y manejarán al dedillo la mecánica cuántica y la relatividad en general, PERO mirarán al firmamento y los datos del Universo les darán una respuesta incorrecta porque el resto del Universo habrá desaparecido. Habrá desaparecido la mayor parte de la materia.

Hoy sabemos que el Universo se está expandiendo porque vemos que los objetos se alejan gradualmente de nosotros. Es una suerte vivir en esta época en la que todavía podemos ver eso, en la que somos testigos del proceso. Somos los últimos testigos de este fenómeno.
Aunque aún no se sabe en qué consiste la energía del vacío que provoca esta expansión, se la denomina “Energía Oscura” y es, actualmente el misterio y el rompedero de cabeza más grande de la física.

Ser un ser humano y poder aprender y comprender, en la medida de lo posible, todas estas cosas, nos hace ser una especie sobresaliente, única.

Algunos de mis amigos me dicen que soy un humanista empedernido. Puede ser. De hecho admiro al Dante, a Bocaccio, Marco Tulio Cicerón, Leonardo Bruni, Tomás Moro, Lorenzo Valla y a tantos otros que se declararon humanistas. Si reconocer la diversidad y verla como algo positivo, si abocar por el desarrollo de la ciencia y el conocimiento por encima de todo fundamentalismo, si creer en una sensibilidad que se expresa en todo el mundo, no en la espiritualidad de la superstición, ni de la intolerancia, ni del dogma, ni la violencia religiosa, no en las creencias en las viejas tablas ni en los desgastados valores, sino en la espiritualidad que ha despertado de su profundo sueño para impulsar a los seres humanos en sus mejores aspiraciones, pues entonces lo soy.

El hombre, confuso pero inteligente a más no poder, inquieto, inconformista, creativo, dueño de un pensamiento que es una energía vibratoria constante, es afortunado aún por no conocer todavía todas las respuestas a sus preguntas porque eso significa que todavía quedan muchas cosas nuevas por aprender.