Mostrando entradas con la etiqueta Compilación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Compilación. Mostrar todas las entradas

4.1.12

El libro del desasosiego/Fernando Pessoa



2

(TRECHO INICIAL)


He nacido en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en Dios, por la misma razón que sus mayores la habían tenido: sin saber por qué. Y entonces, porque el espíritu humano tiende naturalmente a criticar porque siente, y no porque piensa, la mayoría de los jóvenes ha escogido a la Humanidad como sucedáneo de Dios. Pertenezco, sin embargo, a esa especie de hombres que están siempre al margen de aquello a lo que pertenecen, no ven sólo la multitud de la que son, sino también los grandes espacios que hay al lado. Por eso no he abandonado a Dios tan ampliamente como ellos ni he aceptado nunca a la Humanidad. He considerado que Dios, siendo improbable, podría ser; pudiendo, pues, ser adorado; pero que la Humanidad, siendo una mera idea biológica, y no significando más que la especie animal humana, no era más digna de adoración que cualquier otra especie animal. Este culto de la Humanidad, con sus ritos de Libertad e Igualdad, me ha parecido siempre una resurrección de los cultos antiguos, en que los animales eran como dioses, o los dioses tenían cabezas de animales.
  Así, no sabiendo creer en Dios, y no pudiendo creer en una suma de animales, me he quedado, como otros de la orilla de las gentes, en esa distancia de todo a que comúnmente se llama la Decadencia. La Decadencia es la pérdida total de la inconsciencia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida. El corazón, si pudiese pensar, se pararía.

(…)

Considero a la vida como una posada en la que tengo que quedarme hasta que llegue la diligencia del abismo. No sé a dónde me llevará, porque no sé nada. Podría considerar esta posada una prisión, porque estoy compelido a aguardar en ella; podría considerarla un lugar de sociabilidad, porque aquí me encuentro con otros. No soy, sin embargo, ni impaciente ni vulgar. Dejo a lo que son a los que se encierran en el cuarto, echados indolentes en la cama donde esperan sin sueño; dejo a lo que hacen a los que conversan en las salas, desde donde las músicas y las voces llegan cómodas hasta mí. Me siento a la puerta y embebo mis ojos en los colores y en los sonidos del paisaje, y canto lento, para mí solo, vagos cantos que compongo mientras espero.
Para todos nosotros caerá la noche y llegará la diligencia. Disfruto la brisa que me conceden y el alma que me han dado para disfrutarla, y no me interrogo más ni busco. Si lo que deje escrito en el libro de los viajeros pudiera, releído un día por otros, entretenerlos también durante el viaje, estará bien. Si no lo leyeran, ni se entretuvieran, también estará bien.


                                                                                                     29-3-1930

*


En la vida de hoy, el mundo sólo pertenece a los estúpidos, a los insensibles y a los agitados. El derecho a vivir y a triunfar se conquista hoy con los mismos procedimientos con que se conquista el internamiento en un manicomio: la incapacidad de pensar, la amoralidad y la hiperexcitación.


*



Considero al verso una cosa intermedia, un paso de la música a la prosa. Como la música, el verso es limitado por leyes rítmicas que, aunque no sean las leyes rígidas del verso regular, existen sin embargo como defensas, coacciones, dispositivos automáticos de opresión y castigo. En la prosa hablamos libres. Podemos incluir ritmos musicales y, a pesar de ello, pensar. Podemos incluir ritmos poéticos y, sin embargo, estar fuera de ellos. Un ritmo ocasional de verso no estorba a la prosa; un ritmo ocasional de prosa hace tropezar al verso.
  En la prosa se engloba todo el arte, en parte porque en la palabra está contenido todo el mundo, en parte porque en la palabra libre está contenida toda la posibilidad de decirlo y pensarlo. En la prosa lo damos todo, por transposición: el color y la forma, que la pintura no puede dar sino directamente, en ellos mismos, sin dimensión Intima; el ritmo, que la música no puede dar sino directamente, en él mismo, sin cuerpo formal, ni ese segundo cuerpo que es la idea; la estructura, que el arquitecto tiene que formar con cosas duras, dadas, exteriores, y nos erguimos en ritmos, en indecisiones, en decursos y fluideces; la realidad, que el escultor tiene que dejar en el mundo, sin aura ni transubstanciación; la poesía, en fin, en la que el poeta, como el iniciado en una orden oculta, es siervo, aunque voluntario, de un grado y de un ritual.
  Estoy seguro de que, en un mundo civilizado perfecto, no habría otro arte que la prosa. Dejaríamos los ponientes a los ponientes, procurando tan sólo, en arte, comprenderlos verbalmente, transmitiéndolos así en una música inteligible del corazón. No haríamos escultura de los cuerpos, que guardarían, propios, vistos y tocados, su relieve móvil y su tibieza suave. Haríamos casas sólo para vivir en ellas, que es, al fin, aquello para lo que son. La poesía quedaría para que los niños se acercasen a la prosa futura; que la poesía es, por cierto, algo infantil, mnemónico, auxiliar e inicial.
  Hasta las artes menores, o aquellas a las que podemos llamar así, se reflejan, susurrantes, en la prosa. Hay prosa que danza, que canta, que se declama a sí misma. Hay ritmos verbales que son bailes en que la idea se desnuda sinuosamente, con una sensualidad translúcida y perfecta. Y hay también en la prosa sutilezas convulsas en que un gran actor, el Verbo, transmuta rítmicamente en su substancia corpórea el misterio impalpable del Universo.

*

Si quiero decir que existo, diré «Soy». Si quiero decir que existo como alma separada, diré «Soy yo». Pero si quiero decir que existo como entidad que a si misma se dirige y forma, que ejerce junto a si misma la función divina de crearse, ¿cómo he de emplear el verbo «ser» sino convirtiéndolo súbitamente en transitivo? Y entonces, triunfalmente, antigramaticalmente supremo, diré «Me soy». Habré dicho una filosofía en dos palabras pequeñas. ¿Cuán preferible no es esto a no decir nada en cuarenta frases? / ¿Qué más se puede exigir de la filosofía y de la dicción? /
Obedezca a la gramática quien no sabe pensar lo que siente. Sírvase de ella quien sabe mandar en sus expresiones. Cuéntase de Segismundo, Rey de Roma, que, habiendo, en un discurso público, cometido un error gramatical, respondió a quien le habló de él, «Soy Rey de Roma, y además de la gramática». Y la historia narra que fue conocido en ella como Segismundo «supergrammaticam». ¡Maravilloso símbolo! Cada hombre que sabe decir lo que dice es, a su manera, Rey de Roma. El titulo es regio y la razón del titulo es serse.


*

Al final de este día queda lo que quedó de ayer y quedará de mañana: el ansia insaciable e innúmera de ser siempre el mismo y otro.

*

Mi alma es una orquesta oculta; no sé qué instrumentos tañe o rechina, cuerdas y harpas, timbales y tambores, dentro de mí. Sólo me conozco como sinfonía.

*

No sé sentir, no sé pensar, no sé querer. Soy una figura de novela por escribir, que pasa aérea, y deshecha sin haber sido, entre los sueños de quien no supo completarme.
 Pienso siempre, siento siempre; pero mi pensamiento no contiene raciocinios, mi emoción no contiene emociones. Estoy cayendo, desde la trampa de allí arriba, por todo el espacio infinito, en una caída sin dirección, infinítupla y vacía. Mi alma es un maelstrom negro, vasto vértigo alrededor del vacío, movimiento de un océano infinito en torno a un agujero de nada, y en las aguas que son más giro que aguas boyan todas las imágenes de lo que he visto y oído en el mundo -van casas, caras, libros, cajones, rastros de música y sílabas de voces, en un remolino siniestro y sin fondo.
 Y yo, verdaderamente yo, soy el centro que no existe en esto sino mediante una geometría del abismo; soy la nada en torno a la cual gira este movimiento, sin que ese centro exista sino porque todo círculo lo tiene. Yo, verdaderamente yo, soy el pozo sin muros, pero con la viscosidad de los muros, el centro de todo con la nada alrededor.
 Y es, en mí, como si el infierno mismo riese, sin por lo menos la humanidad de los diablos riéndose, la locura graznada del universo muerto, el cadáver rodante del espacio físico, el fin de todos los mundos fluctuando negro al viento, disforme, anacrónico, sin Dios que lo hubiese creado, sin él mismo que está rodando en las tinieblas de las tinieblas, imposible, único, todo.
 ¡Poder saber pensar! ¡Poder saber sentir!
 Mi madre murió muy pronto, y yo no llegué a conocerla...
no llegué a conocerla...

*

*


Me he creado eco y abismo, pensando. Me he multiplicado profundizándome.

*

Entre matar a quien duerme y matar a un niño no conozco diferencia que se sienta.


*

Hay un destino igual, porque es abstracto, para los hombres y para las cosas -una designación igualmente indiferente en el álgebra del misterio.

*

  Paso tiempos, paso silencios, mundos sin forma pasan por mí.
  Súbitamente, como una criatura del Misterio, un gallo canta sin saber de la noche. Puedo dormir, porque es mañana en mí. Y siento a mi boca sonreír, dislocando levemente las arrugas de la funda que me prende el rostro. Puedo abandonarme a la vida, puedo dormir, puedo ignorarme... Y, a través del sueño nuevo que me oscurece, o recuerdo al gallo que ha cantado, o es él, de veras, quien canta por segunda vez.


*

La belleza de un cuerpo desnudo sólo la sienten las razas vestidas. El pudor vale sobre todo para la sensualidad como el obstáculo para la energía.
 La artificialidad es la manera de disfrutar la naturalidad. Lo que he disfrutado de estos campos vastos, lo he disfrutado porque no vivo aquí. No siente la libertad quien nunca se ha visto oprimido.
 La civilización es una educación de naturaleza. Lo artificial es un camino para una aproximación a lo natural.
 Lo que es preciso, sin embargo, es que nunca tomemos lo artificial por natural. 
Es en la armonía entre lo natural y lo artificial en lo que consiste la naturalidad del alma humana superior.
*


He construido, mientras me paseaba, frases perfectas de las que después no me acuerdo en casa. La poesía inefable de esas frases no sé si será parte de lo que fueron, si parte de no haber sido nunca (escritos).


*

El éxtasis violeta exilio del fin del poniente con los montes.
*


Soy más viejo que el Tiempo y que el Espacio porque soy consciente. Las cosas se derivan de mí; la Naturaleza entera [...] de mis sensaciones.
  Me busco -no encuentro. Quiero, y no puedo.
  Sin mí, el sol nace y se apaga; sin mí, la lluvia cae y el viento /gime/. No existen por mí las estaciones, ni el curso de los meses, ni el paso de las horas.
  Dueño del mundo en mí, como de tierras que no puedo llevar conmigo, (...)



*

Si pienso, todo me parece absurdo; si siento, todo me parece extraño; si quiero, el que quiere es algo que hay en mí. Siempre que en mí hay acción, reconozco que no he sido yo. Si sueño, parece que me escriben. Si siento, parece que me pintan. Si quiero, parece que me ponen en un vehículo, como a la mercancía que se envía, y que avanzo con un movimiento que me parece propio hacia donde no quise que fuese sino después de estar allí.

*

Todos los días suceden en el mundo cosas que no se explican por las leyes que conocemos de las cosas. Todos los días, habladas durante un momento, se olvidan, y el mismo misterio que las ha traído se las lleva, convirtiéndose el secreto en olvido. Tal es la ley de lo que tiene que ser olvidado porque no puede ser explicado. A la luz del sol, continúa siendo normal el mundo visible. El ajeno nos acecha desde la sombra.

*

... el sagrado instinto de no tener teorías...

*

Desde el momento en que podamos considerar este mundo como una ilusión y un fantasma, podremos considerar todo lo que nos sucede como un sueño, una cosa que ha fingido ser porque dormíamos. Y entonces nace en nosotros una indiferencia sutil y profunda para con todos los desaires y desastres de la vida. Los que mueren han vuelto una esquina, y por eso dejamos de verlos; los que sufren pasan por delante de nosotros, si sentimos, como una pesadilla; si pensamos, como un devaneo ingrato. Y nuestro propio sufrimiento no será más que esa nada. En este mundo dormimos sobre el costado izquierdo y olmos en los sueños la existencia opresa del corazón.
  Nada más... Un poco de sol, un poco de brisa, unos árboles que enmarcan a la distancia, el deseo de ser feliz, el disgusto de que los días pasen, la ciencia siempre insegura y la verdad siempre por descubrir... Nada más, nada más... Si, nada más...

*

El mundo exterior existe como un actor en un escenario: está allí pero es otra cosa.

*

El arte es un esquivarse a hacer, o a vivir. El arte es la expresión intelectual de la emoción, distinta de la vida, que es la expresión volitiva de la emoción. Lo que no tenemos, o no osamos, o no conseguimos, podemos poseerlo en sueños, y es con esos sueños con los que hacemos arte. Otras veces, la emoción es hasta tal punto fuerte que, aunque reducida a acción, la acción, a la que se ha reducido, no la satisface; con la emoción que sobra, que ha quedado inexpresada en la vida, se forma la obra de arte. Así, hay dos tipos de artista: el que expresa lo que no tiene y el que expresa lo que ha sobrado de lo que tuvo.

*

Flores  cuyos nombres eran, repetidos en secuencia, orquestas de perfumes sonoros... Árboles cuya voluptuosidad verde ponía sombra y frescor en como eran llamados... Frutos cuyo nombre era un clavar dc dientes en el alma de su pulpa... Sombras que eran reliquias de antaños felices... Claros, claros altos, que eran sonrisas más francas del paisaje que se bostezaba en próximo... ¡Oh horas multicolores!...  Instantes-flores, minutos-árboles, ¡oh tiempo detenido en el espacio, tiempo muerto de espacio y cubierto de flores, y del perfume de flores, y del perfume de nombres de flores!...
  ¡Locura de sueño en aquel silencio ajeno!...
  Nuestra vida era toda la vida... Nuestro amor era el perfume del amor... Vivíamos horas imposibles, llenas de ser nosotros... Y esto porque sabíamos, con toda la carne de nuestra carne, que no éramos una realidad...
  Éramos impersonales, huecos de nosotros, otra cosa cualquiera... Éramos aquel paisaje esfumado en conciencia de sí mismo... Y así como él era dos -de realidad que era, e ilusión-, así éramos nosotros oscuramente dos, no sabiendo bien ninguno de nosotros si el otro no era él-mismo, si el incierto otro vivirla...

*

  Señora del Silencio. Eres lo que le falta a todo. Eres lo que a cada cosa falta para que la podamos amar siempre. Llave perdida de las puertas del Templo, camino /encubierto/ del Palacio, Isla lejana que la bruma no deja ver nunca...

Tus manos son tórtolas cautivas.
  Tus labios son tórtolas mudas.
  (que a mis ojos ven arrullar)
  Todos tus gestos son aves. Eres golondrina al abatirte, cóndor al mirarme, águila en tus éxtasis de orgullosa indiferente.
  Eres toda crujir de alas, como de los (...), la laguna de verte yo.
  Tú eres toda alada, toda (...)

*

Libro del desasosiego o Filatelista

Nosotros no podemos amar, hijo. El amor es la más carnal de las ilusiones. Amar es poseer, escucha. ¿Y qué posee quien ama? ¿El cuerpo? Para poseerlo seria necesario hacer nuestra su materia, comerlo, incluirlo en nosotros... Y esa imposibilidad sería temporal, porque nuestro propio cuerpo pasa y se transforma, porque nosotros no poseemos otro cuerpo (poseemos tan sólo la sensación de él), y porque, una vez poseído ese cuerpo amado, se volvería nuestro, dejaría de ser otro, y el amor, por eso, con la desaparición del otro-ente, desaparecería.
  ¿Poseemos el alma? -Óyeme en silencio-. No la poseemos nosotros. Ni siquiera nuestra alma es nuestra. ¿Cómo, por lo demás, poseer un alma? Entre alma y alma existe el abismo de ser almas.
  ¿Qué poseemos? ¿Qué poseemos? ¿Qué nos lleva a amar? ¿La belleza? ¿Y la poseemos amando? La más feroz y dominadora posesión de un cuerpo, ¿qué posee de él? Ni el cuerpo, ni el alma, ni siquiera la belleza. La posesión de un cuerpo lindo no abraza a la belleza, abraza a la carne celulada y grasienta; el beso no toca la belleza de la boca, sino la carne húmeda de los labios perecederos con /mucosas/; la propia cópula es sólo un contacto, un contacto restregado y cercano, pero no una penetración real siquiera de un cuerpo por otro cuerpo... ¿Qué poseemos nosotros? ¿Qué poseemos?
  ¿Nuestras sensaciones, al menos? ¿Al menos el amor es un medio de poseernos, a nosotros, en nuestras sensaciones? ¿Es, al menos, un modo de soñar nítidamente, y más gloriosamente por lo tanto, el sueño de existir? Y, al menos, desaparecida la sensación, queda el recuerdo de ella siempre con nosotros y, así, poseemos realmente...
  Desengañémonos hasta de eso. Ni nuestras sensaciones poseemos. No hables. La memoria, al final, es la sensación del pasado... Y toda sensación es una ilusión...
  -Escúchame, escúchame siempre. -Escúchame y no mires por la ventana abierta la llana otra margen del río, ni el crepúsculo (...), ni este silbido de un tren que corta la vaga lejanía (...) -Escúchame en silencio...
  Nosotros no poseemos nuestras sensaciones... Nosotros no nos poseemos en ellas.
  (Urna inclinada, el crepúsculo vierte sobre nosotros un óleo de (...) donde las horas, pétalos de rosas, flotan espaciadamente.)

*

¡Y para ti, oh Muerte, va nuestra alma y nuestra creencia, nuestra esperanza y nuestra salutación!
 ¡Señora de las Últimas Cosas, Nombre Carnal del Misterio y del abismo -alienta y consuela a quien te busca, sin osar buscarte!
 Señora de la Consolación.
 ¡Virgen-Madre del Mundo absurdo, forma del Caos incomprendido, arrastra y extiende tu reino sobre todas las cosas -sobre las flores que presienten que se marchitan, sobre las fieras que se estremecen de viejas, sobre las almas que han nacido para amarte- entre el error y la ilusión de la vida!
  La vida, espiral de la Nada, infinitamente ansiosa por lo que no puede haber.


El Acantilado, 1982: Barcelona.

21.6.11

Atrocitas fascinans -Imagen, horror y deseo- (citas)/José Luis Barrios


El terrorismo es el acto que restituye una singularidad irreducible en el corazón de un sistema de intercambio generalizado. Jean Baudrillard, L'esprit du terrorism

Hay que hablar del fantasma, incluso al fantasma y con él, desde el momento en que ninguna ética, ninguna política, revolucionaria o no, parece posible, ni pensable, ni justa, si no reconoce como su principio el respeto por esos otros que no son ya o por esos otros que no están todavía ahí, presentemente vivos, tanto si han muerto ya, como si todavía no han nacido. Jacques Derrida, Espectros de Marx


El retrato inmortaliza menos una persona que la presencia de la muerte en persona. Jean-Luc Nancy, La mirada del retrato

Lo que viene-a-erigirse-aquí-delante. Que debe erigirse en el movimiento excesivo de su propia desaparición, de su impresentable presentación. La obscenidad de su abismo. Jacques Derrida, La verdad en pintura

Negra noche del alba
te bebemos de noche te
bebemos de mañana a
mediodía te bebemos de
tarde bebernos y bebernos
(...) cavamos una fosa en
los aires
no se yace allí
estrecho.
Paul Celán, Fuga de mi muerte

La muerte nos hace sus promesas por cinematografía. Jean-Luc Godard, Historie(s) du Cinéma

Te vemos tierra, te vemos.
Alma tras alma vas exponiendo,
sombra tras sombra.
Así respiran los incendios del tiempo.
Paul Celán,Te vemos

Universidad Iberoamericana, 2010: Ciudad de México

Destinario



¿Encontrarías tu propia sombra? Tantas veces
te había bastado volver a abrir los ojos para conseguir 
que el juego terminara... ¿O será más bien que un nuevo juego
acaba de comenzar? Cuando vuelvas -si lo haces-, 
¿qué secretos, qué historias podrás contar?

*

No. Los caminos que recorres no son tú,
aunque en la memoria, los mapas que has trazado
en el curso de la vida -monótonos, erráticos, lineales
o sembrados de bifurcaciones- resuenen con el eco de tus pasos.
Tus senderos no son tú, aunque tengan tu huella.

*

Todavía no abras los ojos...
A la cuenta de tres. Mientras tanto, repira despacio.
¿Ya miraste qué hay dentro de ti?
Ahora sí, ábrelos...

*

El abrigo de la oscuridad es el atuendo más apropiado
para soñar. No para construir castillos en el aire, sublimar deseos
ni mirarte en el espejo de la improbabilidad;
no esa clase de sueños, sino de los otros: los que te acogen
en tanto no estás en la vida real y te dan un papel
para que actúes y conozcas otros mundos y vivas otra vida
mientras amanece y vuelves a ser tú.

*

El viento te hace anhelar el mar, pero ya es tarde;
te hace desear algo diferente, hasta que un ave cruza por la ventana
y con la mirada sigues su vuelo. Estás harto de desperdiciarte
en hojas y hojas de un cuaderno marchito, en días y días 
de un mar tantas veces visto. El ave lo sabe y se lleva consigo
parte de ti. Pronto serás parte del mar, y
aunque sólo sea en los sueños de una gaviota
es más que suficiente.
*

Hay quien con el caos hasta el cuello
se siente como pez en el agua. Las montañas de pendientes,
las necesidades insatisfechas, son parte de un horizonte miope.
Si el caos es obra tuya, ¡aguas con salpicar!
Si no eres tú el autor y simplemente sabes navegar
en el desorden cósmico, saca la caña, que algo pescarás.

*

Escucha. Un tempo alegre, inquieto;
un batir de alas de mariposa allá lejos, en el fondo;
un suave rumor de vendaval dormido,
de suspiro apenas insinuado...

Y el staccato de sus pasos y la vibración de su piel
y el címbalo en miniatura de su corazón dichoso...
Shhh... silencio. Escucha.
¿Cómo suena la música del azar?

*

Huele a tarde y a hojas mojadas. Huele a que va a llover
pero no pasa nada. Cierta monocromía hace que la ambigüedad 
en el ambiente persista y que no sepa qué sigue.
¿Será que amanece o estará por ponerse el sol?
Y no queda más que esperar para saber.


Oráculo, 2009: Ciudad de México

30.5.11

Hans-Jürgen Döpp/In praise of the backside




Our displaced desires point not to desire in general, but specifically to the desire for the satisfaction of life in our own body. Norman O. Brown, The resurrection of the body.

Sexuality is, at least, in its modern reduction to 'sex', a term too narrow to correctly describe the fullness and versatility of emotion, energies, and conections. Rudolf zur  Lippe.

The power of humans over nature simultanrously influenced the power over human nature. The "love-hate relationship with the body" is the basis of what we call "culture": Only culture views the body as a thing that one can possess, only in the context of culture did the body first diferentiate itself from the spirit -the epitome of power and authority- as an object, a dead thing, a 'corpus'. In man's devaluation of his own body, nature takes vengeance on man for reducing it to the level of an object of mastery, of raw material. Max Horkheimer/Th. W.Adorno, Dialektik der Aufklärung.

Our arses should be signs of peace. Wolfgang Amadeus Mozart.

Parkstone international, India: 2010

Edgar Morales en Altas Maras



Carlos De León, Pedro Zock, Jorge Villaverde,
Luis Chabajay, Heriberto Chuak, Ciberiano García,
Héctor Escobero, Paulo Girón, todos
Putos muertos. Mi barrio es todo, Donde la muerte
me encuentre Yo la espero.

MATA-MATA, 2011:Guatemala.

29.5.11

La extranjera/Adrienne Rich



Mirando como antes he mirado, derecho al corazón
de la calle hasta el río
caminando por los ríos de las avenidas
sintiendo el temblor de las cuevas bajo el asfalto
viendo encenderse las luces en las torres
caminando como antes he caminado
como un hombre, como una mujer, en la ciudad
mi ira visionaria despejando mi vista
y las detalladas percepciones de misericordia
floreciendo de esa ira

si al entrar en un cuarto desde la aguda luz brumosa
los oigo hablar un idioma muerto
si preguntan mi identidad
¿qué puedo decir sino que
soy la andrógina?
yo soy la mente viva que no pueden describir
en su idioma muerto
el sustantivo perdido, el verbo que sobrevive
sólo en infinitivo
las letras de mi nombre están escritas entre los
    párpados
del recién nacido

Siete poetas norteamericanas contemporáneas en
Material de lectura. Serie poesía moderna #16
Departamento de humanidades. UNAM
México

18.1.11

Paraíso en llamas/ Andrés Márquez (Compilador)



Luis Arce


Legiones naturales


La mirada queda
y perdura el tiempo
inventamos una jaula
para no hallar el mundo


la mirada queda

perdura el tiempo
y se alzará temible la vida
mas lo que persiste
creará la esperanza
de fuego una palabra
ante los ojos se abren
las legiones naturales.

Legiones naturales

Reparo mi piel hecha añicos
ahora calla todo
lo sublime la niebla
la nube proyectada
intacta al oído

amanece
se desprende el cielo
a tientas sobre una espiga de trigo
que gira entre tus labios

reparas toda la noche
mi rostro sin facciones
te pertenece el abismo
entre tus pechos
el yo
piedra tuya
arena de nadie:
cuerpos que son estallido.


Legiones naturales

La cascada de tu sonrisa
que me tiende a la mañana
mi espacio
tu cuerpo
boca llena de polvo
de la tierra donde navego
ahuyento nubes a tu lado
los dos dispersos
como los recuerdos
que tanto se adelantaron
y ahora vuelven
y ahora
me saben a sangre


quiero decir, finalmente:
donde atardece un río
amanece un mar.


La víbora de la mar, 2008: Cd. de México

14.1.11

La impresión de un folleto/ Mario Arteca

PRIMERA PARTE
El operativo Di Tella

"...esa vaga sensación de ingravidez, que produce el uso del yo, como si fuera un él"

Héctor Bianciotti
Sans la miséricorde du Christ

________________________

1. Premio internacional de Pintura
Instituto Di Tella, 1963
(catálogos/críticas/collages)
________________________

LARRY RIVERS por John Ashbery
Galería Rive Droite, 1962

Larry pinta todo lo que se presenta a su alcance. En esto pensaba Lautréamont cuando escribió sobre la lógica sublime del hacer el amor a la primera persona que sale a paso.

Larry pinta a su suegra porque se quedaba en la casa. No pretendía conferirle algún significado universal, ni su opuesto. Actualmente (1962) está pintando paquetes de cigarros con la graciosa seriedad del Tiépolo. No intenta decirnos que los objetos comunes tienen su lugar en el sistema de las cosas. O que nada sea más importante que ninguna otra cosa.

Resulta difícil decir qué hace. Es una máquina como Mozart -que ha enloquecido- y no puede parar de diseñar sinfonías, sonatas, todo ello maravillosamente revestido en colores, sin que sea tampoco eso con exactitud.

Como se comprende, no es posible colocarse en una posición respecto de su trabajo que él mismo no haya terminado de tomar, alejándose hacia alguna llamativa interferencia de sombra o de paste. 

Está respirando algún oxígeno inevitable, expeliendo burbujas en distinta luz y pudiendo de una vez romperse.

Pero a quién le importa.
Existen sin duda hermosos accidentes en su obra (no golfos, los geográficos; no de carretera, los más humanos): se pueden disfrutar si uno lo desea. Sólo que él no podrá esperar mucho porque está moviéndose de prisa hacia algún sitio. ¿Qué podrá haber de  más hermoso y conmovedor que el retrato a color de Napoleón, sobre un billete de banco francés; qué podrá haber de más atractivo que la propia mujer del artista?

Y sobre esto: cuidado: señalará todas las partes de su cuerpo incluyendo aquellas que interesarán más porque realmente tiene mucha prisa. Y de paso ¿sabía usted que se vendrá con él? Seguro que lo hará.

Y ya no queda tiempo  para ponerse a pensar sobre cómo es su trabajo, porque el tren está partiendo lentamente de la estación, y yo aún en sus andenes.

Prémier service au départ.


Siesta, 2003: Buenos Aires.



9.9.10

El gallo Pancho y otros cuentos desde el hospital

El gallo pancho

El gallo Pancho tiene 24 años de edad, vive en un gallinero y le encanta el maíz. Un día se encontró un maíz mágico, y al comer el maíz se hizo chiquito. Se fue a pasear y se encontró con una gallina, que era su mamá, le dijo que ella era hechicera y lo podía regresar a su forma normal, lo podía volver grande, así que le dio un líquido; el gallito tomó un líquido verde y se volvió un gallo verde, y es feliz porque todo el mundo lo admira por su color.

Abigaíl Mejía Vela, 7 años
Leydi Natalí Carrasco, 10 años


*


Noche, pluma, pájaro

En la noche en el bosque estaban matando a los leones. Unos señores escucharon y fueron por ayuda para salvar a los leones, los rescataron y los llevaron al seguro, los curaron y vivieron en el bosque.

Felipe Nathaniel Concha Puc, 7 años



CNCA, 2006: Yucatán.

7.7.10

Martirologios del siglo. Homenaje al Marqués de Sade/Carmen Nozal y Paco Pacheco (compiladores)




Leda y el cisne

LEDA: ¿Ave de bello plumaje, me amas como yo te amo?
CISNE: ¡Cuac, cuac!
LEDA: ¿Me deseas como yo te deseo?
CISNE: ¡Cuac, cuac!
LEDA: ¿Tu pechuga y tus alas se incendian al tocarme?
CISNE: ¡Cuac, cuac!
LEDA: ¿Entonces, querido amigo, por qué no te quitas tu disfraz de metáfora y nos echamos un palito?

Eugenio Aguirre (México, 1944)


Universidad Autónoma  Metropolitana-Xochimilco, 2001: Cd. de México