13.7.12

Daniela Camacho


En otra habitación: Cultura a la carte [TETSUYA ISHIDA]


 

      
(Imágenes: Fragmentos. Tetsuya Ishida. Fotografías de Hipstamatic para Iphone) 
El acta de nacimiento dice:
Junio 16 de 1973 :
Tetsuya Ishida (石田徹也) :
[Yaizu, Shizuoka, Japón] :
Hombre :
2,850 gramos :
49 centímetros :
 El acto: Mirar. Llorar por los otros. Mirar.
(artista, se escribe, en la esquina superior izquierda del acta : dato no oficial : se sabe)
Primeras influencias, se lee:
Ben Shahn :
Lucky Dragon 5 : Daigo Fukuryu Maru : Barco de pesca japonés expuesto a y contaminado por residuos nucleares de una planta termonuclear estadounidense en Bikini Atoll (Marzo 1 de 1954) :
Austria, se lee :
Friedensreich Hundertwasser Art Brut :
Notas (falsas y no) de un Cuaderno de Ideas:
Siempre estoy pintando. Parece que la pintura soy yo [figura de un muchacho de cabello corto y gesto a) melancólico, b) confundido, c) lánguido]. Si no estoy pintando, yo no soy yo. Pero esto que digo es un espejo negro.
Autorretrato y fusión con:
Máquinas : objetos old-fashioned : productos.
 Me atrevo a esta soledad.
; Esta obsesión es mía ;
[Toda estética nos pone en riesgo. La obra de Tetsuya Ishida propone (incita a) una transformación, una revolución pendiente. Lo necesario para que el arte sea arte: el trastorno absoluto. Su discurso no se somete a ningún dictado y no claudica; al contrario, es radical y perturbador, su enunciación y su tensión son alegóricas porque reconocen que no hay espejo capaz de contener y reflejar el mundo. Hay que nombrar, volver imagen, lo otroque es el mundo. Y desmantelar lo que aparenta ser].
El acto: Nunca banalizar.
Del pasado, se sabe:
1995 : Enero : Kobe : Gran terremoto de Hanshin :
1995 : Marzo : Ataque con gas sarín en el Metro de Tokio por miembros de la secta budista Aum Shinrikyo :
1995 : Noviembre : Lanzamiento de Windows 95 : PHS : Teléfono celular en expansión :
Notas (falsas y no) de un Cuaderno de Ideas:
11/3, viernes. A esta hora, me gustaría pensar un poco en la reacción de las personas de la secta Aum.
Matsumoto sarín. Metro sarín. Investigación policial. Juicio Aoyama, Joyu.
Una característica de la psicología japonesa es la idea de que “todos los japoneses se entienden unos a otros”. Error. Manera de hablar incomprensible. Forma de pensamiento incomprensible. Desincronía. Atacar. Me rindo.
Descripción de los sueños (fragmentos de un diario también falso):
3.
Tengo el rostro de Franz Kafka. Sus manos. Dibujo con ellas un insecto. No. Tengo el rostro de Gregorio Samsa. Casi. Soy un insecto y un cuerpo en él descansando. Un cuerpo ebrio y desnudo en medio de una habitación blanca. No. Soy un cuerpo elegante flotando en el vacío de un insecto o una píldora.
19.
Hay un barco encima de la cama. Duermo o estoy muerto. Sobre mi cuerpo se arrastran carpas de color marrón. No dejan un espacio libre. Van hacia mi sexo.
21.
Hurgo entre restos de basura perseguido por Kafka, otra vez. Una criatura a mi espalda, ¿un insecto? Patas y antenas gigantes. Me hinco para no desvanecerme. No descanso.
 Sueño verdad. Esto es el mundo. Esto, el viaje vital.
Notas (falsas y no) de un Cuaderno de Ideas:
Quiero decir: “esto es el mundo”. Pero la imagen de las cosas y las cosas no se corresponden.
El parque de diversiones está dañado. Ya no puedo volar.
Soy un avión quebrado, un mingitorio, un rehén.
Lo que estoy buscando (ahora) es una expresión de angustia, pero no algo deprimente que termine en autocompasión. Conciencia de la mirada de los otros. Ser visto, ser comprendido.
Persigo una forma de humor que pueda reírse de ciertas emociones. Sentimientos de angustia. Sinsentido. Yo soy en otros.
Desaparición de la desesperación cuando descubro que, para el otro, yo sólo soy una de las 100 o 200 mil personas que lo rodean. Sensación de ligereza. Esto es humor.
Datos para un Currículum Vitae:
Tetsuya Ishida se gradúa en diseño y comunicación visual por el Colegio de Arte y Diseño de la Universidad de Arte de Musashino en 1996.
Del pasado, se sabe:
1997 : El equipo japonés de futbol soccer participa en la Copa Mundial por primera vez :
1997 : La vida en Japón se vuelve más claustrofóbica :
1997 : Kobe : primaveraverano : asesinatos en serie : eran niños eran niños eran niños : apuñalados, decapitados, estrangulados : El asesino también era un niño : tenía 14 años :
1997 : Sentencia : pena de muerte a Tsutomu Miyazaki, que había sido acusado de secuestrar y asesinar a un gran número de muchachas :
También la muerte de los animales. Otro tipo de asesinato.
Ningún color es el color del pájaro. De la muerte del pájaro, quiero decir.
Descripción de los sueños (fragmentos de un diario también falso):
52.
Duermo dentro de una medusa. Un útero. Estoy lejos de aquí en la habitación azul.
64.
Somos bolsas de supermercado. Yo y los otros que también son yo. Bolsas con brazos, cuello y cabeza. Sin piernas. Basura y viejos aparatos en una habitación desordenada y gris. Comemos suciamente. Duermo a la luz de la ventana. Me miro en el espejo. Veo pornografía. No hablo con los demás.
Sin número. Imágenes de los últimos sueños.
Soy un microscopio, una grúa, una casa caliente. Pedazos de mi cuerpo para entregar a domicilio. Cuerpo enfermo que vigila otros cuerpos y al que le sangra el sexo.
 Estoy siendo atravesado por un tren.
Notas (falsas y no) de un Cuaderno de Ideas:
Retratos de otros. Al principio, era el autorretrato. Traté de convertir mi yo ansioso, mi yo débil, mi yo lamentable en un chiste o algo que divirtiera, que hiciera reír. Convertirme en objeto de risa o llegar a ser más triste. Algunas veces, podía interpretarse como una parodia o una sátira referidas a la gente moderna. A medida que pensaba en esto, hubo una expansión. Entonces incluí consumidores, habitantes de la ciudad, trabajadores, gente japonesa. Las figuras en mis cuadros se extendieron hacia las personas que puedo sentir. Se ampliaron.
Autorretratos de los otros.
La sociedad está llagada.
Necesidad de curación.
Creo que, a través de mis autorretratos, el espectador se acerca a una visión del mundo contemporáneo, de la sociedad y sus valores. Me gustaría tener una imaginación donde la vida no se hiciera pedazos.
La juventud es un lugar oscuro.
; Esta obsesión es mía ;
[Hay en el activismo estético de Tetsuya Ishida un salto al vacío. El apasionamiento por lootro y la urgencia de una alteración imperativa de la realidad que lo circunda son factores que dificultan su comunicación con el mundo fuera de la escena del cuadro. Su imaginario se vuelve cada vez más ambiguo y simbólico, se puebla de expresiones del sueño, de referencias cinematográficas y otras simultaneidades. Su conceptualización del espacio es cada vez más compleja: los interiores son exteriores, dentro de las habitaciones hay siempre un paisaje. Su anomalía puede parecer accidental; sin embargo, la violencia de su narrativa gráfica revela un propósito claro, una intención de desdomesticación de la vida, una esperanza, todavía, en el arte como agitador de la conciencia].
Descripción de los sueños (fragmentos de un diario también falso):
78.
Se abre una puerta y aparece un visitante. Es mi rostro y el de Shoko Asahara. Él fue el líder espiritual de la secta Aum Shinrikyo. Su (mi) cuerpo es un nautilo [m. molusco cefalópodo tetrabranquial. Animalia, mollusca, cephalopoda, nautiloidea, nautilida, nautilidae, nautilus]. Hay mucha luz y sopla el viento.
Notas (falsas y no) de un Cuaderno de Ideas:
Cosas que son de mi interés y me producen ansiedad: delincuencia juvenil, religiones ocultas, soledad y alienación, disolución del ser.
Me siento fuertemente atraído por artistas-santos. Las personas que realmente creen que el mundo se salva un poco con cada pincelada, que sienten el dolor de toda la humanidad en la cara de una oveja.
Trabajo, la mitad del tiempo, en una panadería. Tengo la sensación de estar desapareciendo. Una regla importante es lavarse las manos con cierta frecuencia. Mis manos, algunas veces, están manchadas y las escondo.
Pero he descubierto palabras como arte.sa, artesa (f. cajón que se va estrechando hacia el fondo, que se utiliza sobre todo para amasar pan).
Datos para un Currículum Vitae:
1999 : Exhibición individual, “Tetsuya Ishida” (septiembre 6-18, Galería Q&QS, Tokio).
Del pasado, se sabe:
2001 : Ataque a las Torres Gemelas en Estados Unidos y el comienzo de la guerra contra Irak : (habían sido diseñadas por el japonés Minoru Yamasaki) :
Notas (falsas y no) de un Cuaderno de Ideas:
Algunos aspectos que, de mi obra, han sido señalados: una atmósfera “retro”, personajes y objetos. El uso de colores suaves y apagados.
Trato de cuidar todos los detalles, me gusta reproducirlos casi fotográficamente, con precisión y minuciosidad.
Descripción de los sueños (fragmentos de un diario también falso):
125.
Dentro de la habitación hay una tumba y quizá he muerto. Hay un cuerpo vivo y otro que reposa debajo de la tumba con las extremidades laxas. Ignoro el tren que cruza por la ventana de luz blanca. Estoy sobre mi tumba y no escucho nada. Dos sillas vacías me contemplan.
135.
Hay un bosque que soy yo y hay también pastillas y drogas de distintos tipos. Vasos de agua y un termómetro que sugiere la fiebre. Eso es todo lo que recuerdo.
Ya ningún horizonte me concierne.
Datos para un Currículum Vitae:
2003 : Exhibición individual, “Tetsuya Ishida”, (noviembre 4-14, Galería Iseyoshi, Tokio)
; Esta obsesión es mía ;
[Hay una tentación de histeria que caracteriza el arte de Ishida, el presentimiento de un fracaso: la quiebra de toda imagen. Sus pinturas oscilan entre la búsqueda de sentido y un abandonarse en la imagen pura, la que no aspira ya a sentido alguno, apariciones amorfas donde se cumplen el misterio y la naturaleza de las cosas. Esta es una obra plena de melancolía y desconfianza, pero también de fulguraciones y esperanza. En el momento de saltar al vacío Ishida lanza un dardo a la mente de los otros, los espectadores, la gente de su tiempo que está adormecida y observa con complicidad la figura de un muchacho de cabello corto y gesto a) melancólico, b) confundido, c) lánguido, que aparece en todas las pinturas y son ellos mismos y su alienación y su tristeza. El dardo va encendido.]
El acta de fallecimiento dice:
Mayo 23 de 2005 :
Tetsuya Ishida (石田徹也) :
Accidente de ferrocarril :
Hombre :
61, 000 gramos :
170 centímetros :
 Todo intento de representación es una hecatombe.
El acto: Alumbrar.
El acto: Restituir al ser humano su verdadero yo.
*Para la escritura de este texto se consultó: Ishida, Tetsuya. Complete. Kyuryudo Art Publishing. Tokio, Japón, mayo 27, 2010.
*Las fotografías fueron tomadas de las reproducciones que aparecen en el mismo libro.
El número completo de "Cultura a la carte, periodismo cultural y literatura". Arte contemporáneo. En: http://culturaalacarte.wix.com/artecontemporaneo#!literatura-i



[Tu silencio es el lenguaje de la mujer que espera]

(Imagen: Egon Schiele)
Yo y mi vestido de palabras preciosas.

AQUÍ [o el no lugar de la que está siendo despojada]

A la manera de Arthur Sze y Cathy Tagnak Rexford
                                      (Imagen: Alejandra Acosta)
Aquí una música de oboe adormece a las gladiolas.                                                                       Aquí una mujer cuelga del árbol y un collar de ágatas atraviesa su garganta.                       Aquí Anaïs aún espera ese milagro.                                                                                           Aquí el corazón es un museo de aves negras.                                                                                 Aquí el perfume de un jardín aniquilado.                                                                                       Aquí la piel de ciertos animales se convierte en amuleto.                                                           Aquí la lluvia siendo luz para que no se apaguen los espejos.                                                     Aquí un cuerpo enfermo y una colección de pájaros para salvarlo.                                           Aquí las salamandras se arrastran sobre antiguas melodías.                                               Aquí una soledad de piedras no preciosas.                                                                                     Aquí los templos persiguen la caída de la nieve (esto sucede en la memoria).                         Aquí la enamorada protesta y acaricia con dulzura las cuchillas.                                               Aquí el ruido de la calle, las flechas envenenadas, un cementerio de gorriones.                     Aquí un reino nos abandona.                                                                                                             Aquí la sombra de mamíferos agonizando.                                                                                     Aquí uno se fractura tiernamente los parietales.                                                                         Aquí uno se pregunta si algo del amor había en la hoguera o dónde fue que extraviamos nuestras lenguas.                                                                                                                                 Aquí uno vuelve al sueño de paredes blancas apretando entre las manos las mismas caracolas.

La vocación de arder [o algo sobre la lectura]

(Fotografía de Sara Luna)
Hay que decirlo: Hay libros como calles bulliciosas y perfectamente iluminadas, libros que son granadas a punto de estallar en nuestras manos, libros espejo, libros como amantes potenciales, libros e historias que nos crecen debajo de la piel y nos transforman, libros peligrosos como barrios calientes, libros tan bellos que nos dejan en la boca un gesto de espanto. Yo me los he encontrado de todo tipo, voluptuosos, encendidos como antorchas en estantes de modernas librerías, con un millón de voces dentro diciendo con arrojo vida, amor, cuerpos, carnaval, manicomio; o sosegados, con ese olor a polvo y tinta que siempre me seduce, en estrechas y antiguas librerías de la calle Donceles, libros para siempre, para darle en la cara a la palabra soledad.
He visto a una mujer saltar de un cuento a un poema, salir de puntitas de las páginas de la herbolaria para ir a las de magia blanca; he sido víctima (con su dosis de placer) de libros tiranos. Porque mi relación con los libros es mi relación conmigo, y ya se sabe que cuando una mujer ha sido tomada por el corazón, la cosa arde. En cada lectura, en cada visita a ese lugar paraíso que son las librerías hay un llamado, una voz pequeña y oscura que me dice: “Escribe, escribe, haz de las palabras tu morada”. Y escribo. Y leo con deleite a autoras y autores que no se amedrentan ante la crítica, los lúcidos, irreverentes, los que trabajan con rigor y me cuentan historias por las que vale la pena perder el sueño, aquellos que reconocen el riesgo en la escritura y lo llevan al extremo, los que hacen un poema de cada pájaro decapitado. Elijo a los vertiginosos, los que se arriesgan, los que hacen de mí una lectora voraz porque en sus palabras hay fuego. Y entonces leo con furia, con asombro, desconfiando en cada página, creyéndomelo todo, siendo una y todas las mujeres, los hombres, lo que se despoja; entrando en cada universo como quien comete un crimen para ser salvado. Y el libro crece como tabla de naufragio; el acto único de lectura-escritura como mi manera de habitar el mundo, de multiplicarme, de salir de mí para volver y preguntarme, preguntarme siempre.
El texto completo puede leerse en “Perdidos entre libros”. Reportaje sobre literatura mexicana (p.27-37); que apareció en el número 45 de la Revista U.


IMPROVISACIONES DE JARDÍN III

Hay una flor en mi boca y está muriendo.
(Imagen: Séraphine de Senlis)
Digo:
filipendula purpurea, dianella tasmanica, centaurea, aster amellus, belarina, agapanthus, fulgida speciosa, angelica, primula veris, luzula nivea, amaranthus hypochondriacus, mandragora, petunia surfinia, heliotropium arborescens, pyracantha, daphne odora.
Digo que hay un lenguaje esperando ser construido.  Una boca.  Un cuerpo (porque también el cuerpo es un lenguaje).
Han venido murciélagos a este jardín que sigue temblando. No. Son violetas negras, héroes negros. Quiero decir los nombres que desconozco, pero dentro de la casa nadie escucha. Las cosas del mundo ahora son sordas. Hay un lenguaje que espera; una mujer haciendo un nido para que todo regrese, y permanezca.

Palíndromos traídos del jardín [aumentado]

Un claro en el jardín oscuro o un espacio de luz entre hojas negras, allí estoy yo
[Alejandra Pizarnik]

(Imagen: Fumi Mini Nakamura)
Acá habla albahaca
Sol, oíd, algarrobo. ¿O borra gladiolos?
¿O maña? Cáñamo
Ser o mal imitar a papá para ti: milamores
¡Ojo!, ni hinojo
Losa rígida di girasol
Así, tú, ni minutisa
Allí, vara, maravilla
Ni luz, azulín
Sin anís
¡Ánimas, la balsamina!
Ese bailón gamusino, ¿o ni su magnolia besé?
A su lirio oír ilusa
¿O iris, sirio?
Ana, iré: la valeriana
Allí margarita tira gramilla
Asó mi mimosa
Sal, oíd algo: gladiolas
Oré: ¿Mirto o trímero?
Átelo, Ivón. No, violeta
Oí: dala, caladio
Oporto, Ile, heliotropo
Si no, da adonis
Aré la dedalera
La camelia bailé, macal
Ardisia, caí, sidra
Ululó ese olulu
¿O mi novela al evónimo?
Yo daré natal platanera, doy
Rol, filo, coliflor
O borra glaseado, oda es algarrobo
Ano, ménades, sed, anémona
Labré serbal
Olí tilo
Loba, bala al ababol
Oré, ¿no, mi limonero?
Yo hallé sorgo o grosella hoy
O nada le dará jara de ládano
Oír, iletrado, o darte lirio
Ana, iré lavado. ¿O da valeriana?
Ají, hija
Noté camelia, bailé macetón
Sané cárdenas, sané drácenas
O celosía, caí, sol, eco