el sonido. Una canción.
Muy rara vez una canción. Debiera
de ser una canción – compuesta de
detalles, una avispa,
una genciana – cosas
inmediatas, abiertas
tijeras, de una dama
los ojos – despertando
centrífuga, centrípeta
La rosa
La rosa es obsoleta,
pero cada pétalo termina
en filo, el doble facetado
soporta las columnas
estriadas del aire – El filo
corta sin cortar
no encuentra – nada – se renueva
a sí mismo en metal o porcelana –
¿Dónde? Termina –
Pero si termina
es que empieza el principio
de modo que ocuparse de las rosas
se vuelve una cuestión de geometría–
Más afiladas, nítidas, cortantes,
pintadas en cerámica –
adorna el plato roto
una rosa vidriada
El sentido transmuta en algún sitio
a las rosas de cobre
en rosas aceradas –
La rosa transportaba el peso del amor
pero el amor está al final – de las rosas
Es al filo del pétalo
donde el amor aguarda
Pulida, trabajada para vencer
la laboriosidad – frágil,
cortada, húmeda, a medio erguir,
fría, precisa, próxima
A qué
El lugar entre el filo
del pétalo y el
Desde el filo del pétalo una línea comienza
que al ser de acero,
infinitamente fina, infinitamente
rígida penetra
la Vía Láctea
sin contacto – y se alza
desde allí – sin colgar
ni hacer presión –
Y la fragilidad de la flor
intocada
penetra el espacio
en filo, el doble facetado
soporta las columnas
estriadas del aire – El filo
corta sin cortar
no encuentra – nada – se renueva
a sí mismo en metal o porcelana –
¿Dónde? Termina –
Pero si termina
es que empieza el principio
de modo que ocuparse de las rosas
se vuelve una cuestión de geometría–
Más afiladas, nítidas, cortantes,
pintadas en cerámica –
adorna el plato roto
una rosa vidriada
El sentido transmuta en algún sitio
a las rosas de cobre
en rosas aceradas –
La rosa transportaba el peso del amor
pero el amor está al final – de las rosas
Es al filo del pétalo
donde el amor aguarda
Pulida, trabajada para vencer
la laboriosidad – frágil,
cortada, húmeda, a medio erguir,
fría, precisa, próxima
A qué
El lugar entre el filo
del pétalo y el
Desde el filo del pétalo una línea comienza
que al ser de acero,
infinitamente fina, infinitamente
rígida penetra
la Vía Láctea
sin contacto – y se alza
desde allí – sin colgar
ni hacer presión –
Y la fragilidad de la flor
intocada
penetra el espacio
Sylvia Plath
Soy vertical
Pero preferiría ser horizontal.
No soy un árbol con raíces en el suelo,
que sorba minerales y amor maternal,
para que al llegar marzo sus hojas resplandezcan;
ni encarno la belleza de un jardín,
que atraiga exclamaciones y mueva a que lo pinten,
sin saber que muy pronto sus pétalos caerán.
Comparado conmigo, es inmortal el árbol.
Y una corola, no muy alta, pero más sorprendente,
y de uno anhelo la longevidad, y de la otra la audacia.
Esta noche, a la luz infinitesimal de las estrellas,
las flores y los árboles han estado esparciendo su refrescante aroma.
Yo camino entre ellos, pero ninguno se da cuenta.
A veces pienso en eso cuando duermo,
tengo que parecérmeles lo más posible:
pensamientos que se han ido empañando.
Yo, que estoy acostada, lo siento como algo natural.
Así es que el cielo y yo tenemos nuestras charlas,
y he de ser útil cuando yazca al fin:
por una vez, entonces, me tocarán los árboles, y tendrán tiempo para mí las flores.
que sorba minerales y amor maternal,
para que al llegar marzo sus hojas resplandezcan;
ni encarno la belleza de un jardín,
que atraiga exclamaciones y mueva a que lo pinten,
sin saber que muy pronto sus pétalos caerán.
Comparado conmigo, es inmortal el árbol.
Y una corola, no muy alta, pero más sorprendente,
y de uno anhelo la longevidad, y de la otra la audacia.
Esta noche, a la luz infinitesimal de las estrellas,
las flores y los árboles han estado esparciendo su refrescante aroma.
Yo camino entre ellos, pero ninguno se da cuenta.
A veces pienso en eso cuando duermo,
tengo que parecérmeles lo más posible:
pensamientos que se han ido empañando.
Yo, que estoy acostada, lo siento como algo natural.
Así es que el cielo y yo tenemos nuestras charlas,
y he de ser útil cuando yazca al fin:
por una vez, entonces, me tocarán los árboles, y tendrán tiempo para mí las flores.
James Laughlin
El enlace
El dormirse en los brazos
de alguien que se ama
tiene algo de sagrado:
algo que sobrevive
de un rito primitivo
es más que acurrucarse
como los animales
en días de tormenta
es un cuerpo un santuario
para el otro: el enla-
ce es un pacto de cara
hacia el futuro una alianza
que no debe romperse
ahora entra en contacto
la sangre con la sangre
y la respiración
con la respiración
como si fueran manos
tocándose, estrechándose.
de alguien que se ama
tiene algo de sagrado:
algo que sobrevive
de un rito primitivo
es más que acurrucarse
como los animales
en días de tormenta
es un cuerpo un santuario
para el otro: el enla-
ce es un pacto de cara
hacia el futuro una alianza
que no debe romperse
ahora entra en contacto
la sangre con la sangre
y la respiración
con la respiración
como si fueran manos
tocándose, estrechándose.
Sarah Diano
Un sueño
Soñé que era invisible y que podía volar,
pero en el sueño no me colaba en la casa
de mi amante, volando por la ventana abierta
para espiar qué hace cuando no está conmigo,
ni entraba sin ser vista en la bóveda de un banco
y me quedaba ahí hasta la hora del cierre
para llevarme todo sin que me descubrieran.
En el sueño volaba por el espacio blanco,
y no existía el sonido, ni la imagen, ni el cuerpo;
pero no era la nada opaca de la muerte:
era el vacío y la consciencia del vacío.
pero en el sueño no me colaba en la casa
de mi amante, volando por la ventana abierta
para espiar qué hace cuando no está conmigo,
ni entraba sin ser vista en la bóveda de un banco
y me quedaba ahí hasta la hora del cierre
para llevarme todo sin que me descubrieran.
En el sueño volaba por el espacio blanco,
y no existía el sonido, ni la imagen, ni el cuerpo;
pero no era la nada opaca de la muerte:
era el vacío y la consciencia del vacío.
http://zaidenwerg.blogspot.com/ traducido por EZEQUIEL ZAIDENWERG