-La infancia es cuando la diferencia no importa. A partir de ahora, no podrás evitarlo. Tendrás que atenerte a la diferencia. El mundo será cruel.
-Pero ¿por qué?- pregunté- ¿Por qué no puedo eludir la norma de la diferencia? ¿Por qué no pueden seguir jugando los hombres y las mujeres cuando son mayores? ¿Por qué la separación?
Mina no me respondió contestando a mis preguntas sino diciéndome que la separación hacía desgraciados tanto a los hombres como a las mujeres. La separación crea un inmenso vacío de comprensión.
-Los hombres no comprenden a las mujeres- dijo- y las mujeres no comprenden a los hombres, y todo empieza cuando se separa a las niñas de los niños en los baños. Entonces, una frontera cósmica divide el planeta en dos. La frontera señala la línea de poder porque dondequiera que haya una frontera, hay dos clases de criaturas que caminan por la tierra de Alá: de un lado, los poderosos, y, de otro, los impotentes.
Pregunté a Mina cómo sabría yo en qué lado estaba. Su respuesta fue rápida, breve y clarísima:
-Si no puedes salir, estás en el lado de los impotentes.
Quinteto, 2002: España