14.11.11

Abriendo la caja negra de las TIC: conocimientos alfabéticos y exclusión digital/Yago Quiñones en Revista Versión digital

La brecha digital es la expresión de la desigualdad global propia de la sociedad informacional y confirma la cartografía de la precariedad que nos señala a algunas regiones del mundo y sectores sociales de los países ricos como los menos beneficiados por el desarrollo de la técnica. Así, aunque presenta características propias con respecto a otras formas de desigualdad, la brecha digital tiende en general a ahondar las disparidades generadas por la pobreza material. Contextos sociales menos favorecidos por el desarrollo socioeconómico están más expuestos a quedar “por fuera” de la era digital, en un círculo vicioso donde la pobreza genera obstáculos a la conectividad y esto, a su vez, cierra las posibilidades de generar opciones de vida diferentes a las de la miseria material y la exclusión. 

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Hoy estamos acostumbrados a relacionar las TIC con la tecnología como un todo. Junto con sofisticados artefactos del universo de la robótica y máquinas con usos más tangibles del campo de la medicina o de los medios de transporte, las TIC son consideradas muchas veces como la tecnología en sí. Es fundamental tener presente que esta sobreexposición se debe muy seguramente a la consolidación de un paradigma tecnológico dominante al día de hoy. Las TIC no son preponderantes por ser “lo último” o “lo más avanzado” del ingenio humano, sino porque se encuadran dentro del informacionalismo como paradigma tecnológico hegemónico. Así como el industrialismo marcó la organización social, basándose en la eficacia de nuevas formas de generar y distribuir energía (Castells, 2007), dando las pautas para una sociedad industrial; el informacionalismo se constituye en la matriz de una específica especie sociotecnológica (Castells, 2007). Este tipo social más reciente se distingue por tener la información y el conocimiento como insumo básico e indispensable de su modo de producción y, de forma coherente, a las tecnologías informáticas como herramientas fundamentales para su desarrollo.


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Las posibilidades de diseño de los artefactos no sean infinitas, y se reduzcan a un design space delimitado por restricciones, podríamos decir, “objetivas” —naturaleza de los materiales, fuentes de energía, etcétera—, relacionadas con la instrumentalización primaria y con condicionamientos producto de la adaptación de los elementos técnicos al entorno de la instrumentalización secundaria. Así, dado un determinado contexto socio-cultural éste posee un patrimonio o herencia técnica formada por “prácticas, asunciones y maneras de ver el mundo” (Feenberg, 2008: 11) que son tan determinantes como las consideraciones prácticas y concretas relacionadas con la eficiencia.

Aunque en teoría haya un sin fin de opciones de diseño, éstas se reducen en la práctica a undesign space delimitado donde los elementos técnicos se combinan formando el artefacto técnico. Este proceso configura una especie de caja negra, en la que varias opciones técnicas son dejadas de lado como resultado de una elección progresivamente consuetudinaria a través de la reiteración, naturalizando así cada opción como si fuera la mejor posible y no una entre otras.15Las opciones descartadas sistemáticamente son precisamente las que debería buscar el investigador, enfocando así las asunciones taken-for-granted y abriendo la caja negra del proceso de diseño tecnológico.

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La herencia técnica proveniente del mundo de la informática, privilegia la opción del lenguaje alfabético fonético como un subproducto de la historia del desarrollo del diseño de sus herramientas, descartando otras opciones posibles. Así, aunque algunos recientes desarrollos en sentido contrario podrían demostrar un viraje en el modelo consolidado,16 en general las TIC se pueden encuadrar en la fase más reciente de un proceso de gestión del saber ampliamente determinado por la escritura como forma privilegiada de almacenamiento y difusión del saber.

El desarrollo del alfabeto, y en especial del alfabeto fonético, que logra una abstracción del significado del sonido y la traslación de estos sonidos a un código visual (McLuhan, 1969), marca un hito importante en la historia de los dispositivos de memoria del ser humano, haciendo posible exteriorizar el pensamiento (Debray, 2001) al plasmarlo cifrado a través de una herramienta que pretende reducir las ambigüedades y contingencias del contexto, y que tiende a la universalidad y objetividad. Jeroglíficos, pictogramas o ideogramas –así como la oralidad– requieren un cierto grado de familiaridad con el entorno en que son producidos, requieren un cierto grado de “etno-alfabetización” previa. Es la carga de subjetividad latente en estos contenidos que se expresan por medio de trazos dibujados la que pretende ser neutralizada por los caracteres aparentemente neutros del alfabeto fonético.

Esta forma de registrar y almacenar las ideas revoluciona la relación con la dimensión espacio-temporal, los pensamientos registrados alfabéticamente pueden ser transportados a lugares y épocas diferentes de las que fueron producidos sin sufrir mayor alteración, pues técnicamente su mensaje está disponible para todo el que sepa leerlo.

La preponderancia del alfabeto y sus herramientas asociadas como medio paradigmático de transmisión, define una centralidad de la visión, no decretada por una superioridad sensorial de los órganos relacionados con lo visible, sino por la consolidación del aval social e histórico de lo escrito como atendible, creíble, respetable. Se lee con los ojos pero sin el resto del cuerpo, se aísla la visión como mecanismo privilegiado del aprehender, neutralizando la sinestesia natural de la experiencia humana.

No compartimos la idea de que una sociedad alfabetizada alcance necesariamente un estadio superior de conocimiento por la capacidad de abstracción que su alfabetización conlleva, ni que necesariamente una sociedad que transmite su cultura de forma no escrita esté atrapada en un universo auditivo de contornos mágicos y oscuros. Sin embargo es fuerte la tendencia a identificar la escritura fonética con un dispositivo revolucionario capaz de moldear y dar la pauta para los procesos cognitivos que sustentaron la consolidación de una cierta forma de civilización. La liberación del ser humano de las tinieblas de lo sonoro, que es supuestamente efímero e incontrolable, se da con el alfabeto que, a su vez, participa del gran proyecto histórico de emancipar al hombre de otras dimensiones “oscuras” de su existencia, epopeya central de la modernidad.21 La lucha del ser humano por domesticar lo desconocido, lo salvaje y siniestro, es —según la versión preponderante del proceso civilizador occidental— la lucha del hombre blanco y letrado por traer a la luz —iluminar— lo iletrado, lo sonoro; y lo hace consignándolo en papel a través de sus herramientas gráficas: tripulante fundamental de las expediciones de colonización era el escribano o cronista. Si desde el punto de vista técnico-cultural este proceso implica la difusión del alfabeto y su civilización libresca, desde el ámbito económico hablamos de la consolidación de un modo de producción específico, el capitalista, vigente al día de hoy, así como el alfabeto, y que representa la dimensión economicista del proceso civilizador de Occidente.  En la medida en que la inversión se concentra mayormente al nivel del consumo directo, del intercambio, de la organización del trabajo o de la capacidad de producción, tenemos tipos sociales diferentes (Touraine, 1982). Siendo los más recientes el mercantilismo, industrialismo e informacionalismo, los cuales conservan como raíz común el modo de producción capitalista. Este último, como vimos, estructura al paradigma tecnológico actual vigente y las TIC son su herramienta primordial. En cierta forma las TIC sintetizan el triunfo del estadio más alto de un modo de producción y de una herramienta técnica visual y abstracta. Por eso, si se pretende proponer un análisis de estas tecnologías y su papel en relación con la brecha digital, deberíamos enfocarlas desde una perspectiva amplia, que tenga en cuenta su función dentro el informacionalismo como estadio de un modo de producción y su matriz alfabética como modelo dominante de registro y difusión del saber.

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De la misma forma en que el mundo del software ha vivido una transformación liderada por entusiastas programadores y usuarios que promulgan la libertad del conocimiento, del cerrojo de los derechos de autor sobre las ideas, llegando a estructurar un fenómeno colectivo relevante (Quiñones, 2008), parece posible desafiar el oligopolio del diseño del hardware, reconociendo los posibles aportes de quien sufre las consecuencias negativas de la tecnología. Reconociendo así una perspectiva audio-táctil, que se expresa y aprehende aguzando la sensibilidad de otros receptores del cuerpo y el ser, abriendo panoramas posibles de percibir sin los ojos como principal guía.

Todo ello, además, dentro de una tendencia general de la industria del entretenimiento digital que apunta hacia la corporeidad, la expresividad y la intuición, reduciendo los comandos mnemónicos para privilegiar el vínculo de la máquina con las varias partes del cuerpo.29 Tal vez sería hora de superar la visión de una necesaria adaptación al producto tecnológico cerrado, para cuestionar la máquina desde su dimensión física o hardware, evidenciando su diseño no desinteresado. Para, a partir de allí, abrir espacios a otros paradigmas de trasmisión que puedan ver menoscabada la brecha a través de una comunicación con las tecnologías, fundada en los requerimientos culturales acerca de la forma como conocen, transmiten y se comunican los usuarios. Esto es, plantear una estrategia de reducción de la brecha que no implique sólo un acercamiento a las TIC, cuyo acceso o uso no signifique solamente un vector de las poblaciones desposeídas hacia las tecnologías, en un acto de adaptación necesaria. Sino considerando también un vector contrario, donde se dé una forma de adaptación inversa: el acercamiento delas tecnologías a otras estrategias de conocimiento, en un movimiento centrípeto de congregación de la brecha, comprensivo ante la puesta en juego y transformación no sólo de los usuarios sino también de las máquinas. 

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Amartya Sen plantea el concepto de pobreza a partir de la perspectiva de las capacidades y los derechos, en la que los individuos en situación de pobreza no están en condiciones de satisfacer sus necesidades no sólo materiales sino en cuanto a su desarrollo como personas

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 Like poor nations brutally exposed to market forces weighted against them, rural youth entering the cities with Playstation2 images of Lara Croft dancing in their heads, may not be well equipped for the challenges that await them in cities such as Bangkok.” Disponible en: http://www.digitaldivide.org/dd/truths.html.

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 “La máquina lógica que es la escritura ha cambiado al ser humano; más que su deber y su obrar, sus competencias y sus sueños. Revolucionó su espacio con una primera forma de telepresencia que permite conocer o dar a conocer mensajes producidos por personas situadas a miles de kilómetros. Revolucionó su tiempo: que pasó del montaje en bucle propio de las civilizaciones orales a una progresión lineal.” (Debray, 2001: 61)

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“Durante mucho tiempo ‘racional’ ha significado, para Occidente, ‘uniforme, continuo y secuencial’. Dicho de otro modo, hemos confundido la razón con el saber leer, y el racionalismo con una sola tecnología” (McLuhan, 1996: 36).

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Andrew Feenberg propone la idea de “código técnico” para enfocar la influencia de intereses en el desarrollo de soluciones técnicas a problemas determinados. Según esta perspectiva existirían varias soluciones disponibles para un mismo problema, y la escogencia de una de estas —la cual podría consolidarse luego como un paradigma de desarrollo técnico— obedece a criterios diferentes a la simple eficiencia. La intervención de los intereses no reducen la eficiencia de la tecnología, pero si influyen en la determinación de sus objetivos siguiendo un particular “programa social” (Feenberg, 2002).


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15 En “Clio and the economics of QWERTY”, Paul A. David (David, 1985) demuestra cómo el diseño del tipo de teclado hoy en día más difundido es técnicamente inferior a otros diseños que convivieron con él en los primeros años del desarrollo de ésta herramienta.


16 No desconocemos líneas de desarrollo de artefactos altamente sensibles hacia un usuario capaz de generar una experiencia multi-sensorial, sin embargo esto no marca un cambio de paradigma sino una tendencia que está lejos de ser dominante.


21 “Durante mucho tiempo ‘racional’ ha significado, para Occidente, ‘uniforme, continuo y secuencial’. Dicho de otro modo, hemos confundido la razón con el saber leer, y el racionalismo con una sola tecnología” (McLuhan, 1996: 36).


29 En este sentido la consola Wii parece sólo el primer eslabón de una tendencia de diseño en que prima el elemento corporal, buscando una experiencia de juego e interacción más comprensiva, que incluye al cuerpo como un todo y no solamente una parte de él.




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Debray, R. (2001),  Introducción a la Mediología, Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica.

Feenberg, A. (2002), Transforming technology. A crtitical theory revisited, Cambridge, Oxford University Press.

McLuhan, M. (1996), Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano, Barcelona, Paidós.