A golpe de ruina y no de pasado, nacen los fantasmas. Mis ojos con filo los traspasan y los seducen y en un instante de flama, les recorren calosfríos.
Me persigo
no sé de mi más que en el acecho
en el instante en que me muerdo presa, me persigo predador
a golpe de ruina no queda de mí
más que el fantasma en el espejo.