5.9.10

Prácticas poéticas de la memoria/Claude Calame


Dentro del sistema espacio-temporal explicitado por los físicos, el hombre ocupa la posición ambigua de un ser a la vez incluido y sensible. En la medida en que la conduce ese movimiento ineluctable, la percepción que el humano tiene del mundo se modifica a medida que intenta aprehenderlo y de actuar en él, al igual que se modifica también, en concomitancia, el mundo sobre el cual él mismo actúa.

Animal incompleto en su misma constitución, el hombre intenta, entonces, llenar en particular, en un hic et nunc en movimiento permanente, la situación de aporía en que lo sumerge el determinismo reivindicado de predictibilidad que es inherente a su marco espacio-temporal orgánico y físico.

Asumiendo generalmente las formas simbólicas de las manifestaciones culturales, esas tentativas se inscriben en las prácticas comunitarias por medio de las cuales los hombres se esfuerzan, en un constante proceso de “antropopoiesis” colectiva, en paliar una inconclusión constitutiva. En ese contexto de fabricación artesanal y simbólica del ser humano por sí mismo y de su transformación en hombre civilizado, las configuraciones espacio-temporales, que son resultado del trabajo de los historiadores de la memoria individual y comunitaria, pueden asumir una función de regulación práctica y de reflexión activa a la vez. Éstas pueden contribuir a restablecer, en un presente en constante movimiento, algunas relaciones de continuidad reflexiva entre un pasado que se debilita y un porvenir sometidos a los áleas del espacio-tiempo que nos domina.