A
sólo hay una región de intensidades.
Si te caes de mi brazo, no me culpes:
si te vence el hastío, no me observes,
como auscultando una paloma herida;
si se cansan tus pies no continúes
pues continuar sería como un pacto
cuya existencia nos lacera el gesto
si me fallas amor pues qué le hacemos,
ni modo de andar juntos para odiarnos;
pero si llegas conmigo a donde vamos
recuerda que el amor lo hizo el camino.