A los
43 estudiantes normalistas de
Ayotzinapa.
He visto a los mejores pianistas
_en este mundo_
equivocarse y nadie
darse cuenta.
Los he visto comer teclas de rabia
no ver el piano
en medio del escenario
y deambular
ciegos y a ciegas
cual polillas
bajo el reflector.
Beethoven, dale la nota.
Ya no es confiable ir a los conciertos,
Hasta los gánsteres van.
Y a veces disparan
desde los palcos opuestos.
Y cuando uno no lleva armas
Las ventajas de un piano invisible
es que no tiene cola.
Es claro que la mafia
Es más sensible que un gobierno
Y más autoritaria
que todo un parlamento.
El piano suena bien,
La afinación está bien
la pieza suena espléndida,
lo raro es
que el concierto
es en Comala
y el solista
Pedro
Páramo.
En la sala
hay 43 espectadores
y un planeta sin rumbo
en el espacio.