Yo me identifico de manera muy profunda con la historia del bufón. Esa maravillosa historia gótica en la que él se halla frente al altar, la Virgen y el niño, y lo único que tiene para ofrendar es su acto de malabarismo. Todo ocurre en esa gran catedral donde los trabajos de embellecimiento han llevado más de 50 años. Un lugar muy solemne. Y la gente se le queda viendo al bufón, se están riendo de él. Pero de repente te das cuenta de que lo que está haciendo el bufón es la forma más elevada de devoción de la que es capaz. Y enntoces ocurre el milagro: ¡la Virgen y el Niño le sonríen al bufón!
Entonces no es tanto un acto gracioso sino un acto que representa lo mejor de sus capacidades. El punto culminante de esta historia, de esta fábula, supongo, es que tanto la Virgen de madera como el niño Jesús, también de madera, sonríen para luego seguir siendo lo que son, piedra o madera, en las variantes del cuento.
Yo creo que una persona no puede ser devota, a menos que sepa que está adorando el máximo bien de sí misma, el bien que sale de su propio crecimiento y que puede ser compartido con otras personas sin egoísmos. Hacer fotografía es una forma particular de esa veneración.
Cupid and centaur
Deberíamos volver a la inocencia de un niño pero con la madurez, con la dureza de una persona que ha atravesado el fuego. Y eso es algo difícil de lograr. No estoy diciendo que lo que y o hago sea una obra sagrada, no lo es. (...) Pero en la época en que estamos viviendo -y realmente siento que estamos en una suerte de tierra de nadie o de basurero de vidaas, de cultura y de propósitos, lo que estoy tratando de hacer es forjar un nuevo alfabeto, un alfabeto de imágenes, si es posible llamarlo así, basado en primer lugar en un proceso de aprendizaje de cómo veo y descubro las cosas.
Crazy raft
Todos, si nos percatamos o no, somos pilotos kamikaze desplomándonos en una especie de historia divina.
La Giovanissima
Cuando te pones a pensar, hay más muerte que vida. Pero no puedes evitar la muerte -ella es el gran igualador- sin importar lo que alguien haya hecho en su vida. Cuando te enfrentas a la muerte, ni el amor, ni el dinero, ni las pertenencias, ni las riquezas pueden cambiar ese hecho. Es el punto de partida. Yo anhelo la muerte porque vivo en un estado de maravilla. Aunque tengo también mis días aciaagos. Creo que una vez que perdemos ese sentido de la inocencia, perdemos esas guías. Yo nunca he renunciado a ellas. Creo que los santos niños y los artistas tienen sus guías, sus ángeles. Y yo soy lo suficientemente loco y lo suficientemente tonto denbtro del sentido de la maravilla, y lo bastante responsable como para mantenerme abierto a esa ayuda que está más allá de nuestra capacidad de realización en este nivel de la vida.
Pero yo sé que después de esta experiencia -y tenemos que aprovecharla al máximo- la experiencia que sigue podría ser hermosísima. Creo que lo que sigue es la vida en el más allá, y toda mi obra se refiere al más allá.
Night in a small town
Un cadáver no es la coronación de la vida. Es algo destinado a la putrefacción, es sólo el vehículo de lo invisible, de la fuerza interior que se conecta a algo superior.
Creo que hay una diferencia entre el alma y el espíritu. Creo que el espíritu sigue vivo aún dentro de un muerto, pero el alma ya se ha ido.
En última instancia está el hecho de que existimos solos, luchamos solos y vamos a morir solos. Vamos a tener esa especie de secreto interior. Y yo creo que, cuando eese secreto interior es lo suficientemente puro, intenso, maduro y fuerte, se llega en parte a reflejar en un inanimado o en un objeto, pues lleva de regreso la confirmación de un alma que tenía y sigue teniendo esa especie de vida en potencia que va más allá de la vida misma. Y creo que ese centelleo en bruto es por lo menos lo que a mí me mantiene en pie. Puedo hablar de mis necesidades, y mi necesidad tiene relación con la selección de lo que acaba congelado o inmovilizado en una fotografía. No pido disculpas por ella ni huyo de ella. Es la mejor confirmación de mi histori vital, que va hacia alguna manifestación de lo sublime. Y espero y confío, al hacer mi trabajo, en que sea lo mejor de lo que soy capaz. Tal vez parezca poco, pero creo que es más de lo que mucha gente se esfuerza por hacer.
Harvest
Las puertas del paraíso (cuando pase por las puertas del paraíso) estarán hechas de cosas extrañas, cosas que casi no hemos contemplado o cosas de cuya existencia hemos dudado: el ruido de un gato en movimiento, los misteriosos sonidos de los pájaros y la más hermosa música hecha por el hombre, o los últimos gemidos que salen de la boca de un gran poeta o de un gran músico, justo antes de morir. Y estará siempre compuesta de la primera y última forma de luz, porque yo pienso que una vez que pasas por esa o ese estado, ya no necesitas ver nada.
Si has experimentado un estado alterado, no necesitas de la luz de la Tierra. No necesitas del sonido. No necesitas del lenguaje, vives de manera completamente alerta y participas de la espiritualidad, participas de las cosas que dan vida en vez de absorberla, violentarla o acapararla.
Revista Luna Córnea No. 7 1995